Anolien

Nombre: Anolien
Edad: 19 Años.
Sexo: Mujer.
Raza: Nagoon
Altura y peso: Mide 1'64 y pesa 52 kilos
Cumpleaños: 18 Onnori
Reino: Vatralon
Ciudad o Pueblo: Metnom
Ocupación: Comerciante.

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Le gusta: Heredó de su padre el gusto por la oscuridad de la mina. Ama la lluvia desde siempre, le gusta el olor a humedad que queda después de horas de lluvia, para ella un buen día, es un día nublado, El estruendo repentino de un trueno o la luz que ilumina el cielo después de un relámpago le fascinan. Pero no solo le gusta el agua que cae del cielo, también la que se haya por defecto ya en la tierra. Mares, lagos y ríos... podría dejar pasar el tiempo escuchando el agua correr, sin inmutarse. Por desgracia nunca aprendió a nadar y teme ahogarse por ello nunca entra en el agua. La sencilleza, el aspecto físico y la fragilidad de los humanos es algo que le atrae, se siente muy a gusto cuando esta cerca de uno. Le gusta su trabajo, aunque intente negarlo ante su familia. Pues comerciar con piedras preciosas y materiales de gran calidad le permite viajar por todo el mundo, y conocer nuevos lugares. Y sobretodo, le permite estar en las tierras de Imberlia, cerca de los humanos.



No le gusta: Rotundamente odia el dinero, bueno... en realidad no lo odia en si, porque este no es malo, odia como puede transformar a una persona en otra totalmente distinta. No le gustan sus manos, ni sus rodillas, sus hombros, su cola... no le gusta en si, tener rasgos de nagoon y envidia a aquellos que tienen pocas escamas. Pero realmente lo peor de ser un nagoon para ella es la cola, esa cola larga y molestosa, que a demás de incordiar es el lugar mas sensible en su cuerpo, No le gusta que se la toquen. Le molesta al ponerse la ropa, y siempre ha tenido que hacer apaños en sus prendas de vestir o comprar ropa a medida para poder sacar la cola y al rozar con la tela le molesta, por eso decidió no llevar pantalones, ni nadar que le rozara la cola, pues realmente le molesta. Aunque esto provoque desconfianza y una mala imagen en la gente. No le gusta el mes Faitha, porque hace muca calor.


Aspecto físico: Anolien es una muchacha de piel clara y cabellos oscuros, con una mirada firme que emite desconfianza y desconcierto por sus ojos son rojo carmesí. De constitución delgada, y piel escamosa en manos hombros, torso y rodillas. Sus manos son finas y sus uñas afiladas y alargadas, con una ligera curvatura que las hace ver como pequeñas garras. Suele vestir ropa cómoda, sencilla en tonos grisáceos, con complementos, como antebrazos de rejilla, vendas o medias rotas, tiene un estilo desmarañado y desvergonzado. Suele llevar un gran bolso enganchado en los anchos cinturones por la parte trasera o dos bolsitas mas pequeñas a los lados, según la cantidad de material y productos que lleve. Calza botas altas, generalmente, con suela muy gruesa, hebillas y cordones. Y aunque no suela llevar nada en la parte de abajo, si la tela no le molesta y realmente se siente cómoda puede llevar alguna que otra falda y ocasionalmente algún pantalón, siempre y cuando sean de cintura muy baja y no le roce la cola.

Personalidad: Como todo Nagoon es una persona de carácter bastante fuerte y testaruda, es sincera y siempre va con la verdad por delante aunque esta duela, muchas veces esto le ha ocasionado algún que otro de problemilla. Pero no puede evitar no decir algo que no le gusta. Es difícil que cambie de parecer o de opinión pero si finalmente la haces entrar en razón y comprende que erraba, no dudara en pedir disculpas y aceptar que no era correcto y que obraba mal al pensar de esa manera. Siempre fue muy independiente, y la falta de relación con las personas en su adolescencia le hizo convertirse en una persona algo tímida y desconfiada. Al principio se muestra seca y algo tajante con la gente pero sin faltar al respeto, es con el tiempo, cuando empieza a tomar confianza, cuando muestra que es una persona amable y considerada, con la que puedes contar para cualquier cosa. Y aunque por todos es bien sabido que el mayor los orgullo de los nagoons es recibir algún cumplido por algo que trabajaron con esfuerzo y dedicación. Ella intenta ocultar que aprecia ese gesto, al igual que oculta sus sentimientos e intenta no exteriorizarlos en demasía. Aunque a veces no pueda evitarlo.


Historia: Nacida originariamente en Esomera, en el lecho de una familia humilde y trabajadora, tiene una hermana dos años menor que ella, y aunque su relación no es del todo buena y siempre tuvieron disputas y peleas entre ellas, pero se intentaban llevar bien, ambas son demasiado diferentes, pero hermanas al fin y al cabo. Su madre era comerciante, con un pequeño puesto en el mercado de la ciudad, donde vendía productos variados, querida por todos, una mujer muy amable y atenta, nunca dejaba de sonreír, aunque el negocio no le fuera productivo o deseara acabar la jornada para llegar a casa y poder estar con su familia. Pues no había nada que quisiera mas en el mundo. Su padre minero de vocación ,el cual amaba la mina y pasar el tiempo en la oscuridad inmerso en sus pensamientos, aspirando el fuerte olor a polvo en el ambiente, y disfrutando la sensación de entrar en los confines de la tierra con tan solo una tenue luz acompañándolo. Ninguno podía permitirse dejar de trabajar, pero jamás dejaron de lado la calidez del hogar, eran muy atentos con sus hijos y no permitían que les faltara de nada, pues su mayor prioridad en ese entonces era la felicidad de la de su pequeña familia. Unos tiempos felices para la pequeña Anolien que desde bien chiquita se aficiono a observar como el agua caía del cielo e iba a parar a su ventana, que se empañaba con facilidad. No había otra cosa que mas le gustara que pasar las horas viendo como llovía, se fascinaba con este fenómeno. Y aunque habían días que no se nublaba, y salía el sol, ella tenia la certeza que no duraría mucho y que tarde o temprano acabaría lloviendo, pues en esa ciudad el que lloviera ya a nadie le extrañaba. En ocasiones la pequeña iba con su padre a la mina, mejor dicho, seguía a su padre a la mina, después se llevaba un par de azotes, pero valía la pena por ver como trabajaba su padre, y si entraba en la mina era solo por un momento. "No puedes venir conmigo Anolien. Es un lugar peligroso para una mina. Así que será mejor que no entres. Anolien quédate fuera? Me has entendido?." Así que la niña esperaba a que su padre terminara y a si juntos volver a casa.
Pero no todo es de color rosa, pues la felicidad tal como viene se va, y fue así como ocurrió, un día su padre regreso del trabajo mas feliz que nunca, pues había encontrado algo fascinante, una mina con grandes cantidades de oro, recientemente lo habían puesto al mando, por lo que la mayor parte de ese oro era suyo, así, que la familia no tardo en prosperar, el pequeño negocio de su madre consiguió un buen renombre, y los ingresos familiares comenzaron a aumentar considerablemente. La mayor parte de ese dinero lo invirtieron en la creación de nuevas en minas donde poder extraer más materia prima, y así poseer ganancias en mayor escala. En poco tiempo pasaron de vivir una vida humilde a nadar en la abundancia. El dinero los cambio a ambos y los convirtió en otras personas totalmente distintas, fueron corrompidos con facilidad, ya no se preocupaban por la felicidad de nadie mas que no fuera la de ellos mismos, tan solo querían alimentar su propia ambición, se volvieron egoístas y avaros.
Al poco tiempo de hacer fortuna se mudaron a Metnum, un pueblo habitado por personas excéntricas y en su mayoría acomodadas. Durante el resto de su vida Anolien vivió y creció ahí alejada de la cuidad que tanto amaba y de su lluvias características, alejada de un pasado que un día fue presente, un presente afable y cálido. Anolien creció en soledad, varias veces intento relacionarse con los demás niños pero sin ningún resultado pues estos no la aceptaban, y no estaban por la labor de prestarle ni una mísera muestra de afecto pues la veían como a una extraña, un bicho raro. Esta situación no fue en mejoría, pues veían extraño el hecho que tuviera una cola tan larga, y con toda la crueldad del mundo, los niños arremetían contra ella. A medida que pasaban los años seguía estando sola, empleaba su tiempo en explorar los alrededores de la localidad, adentrarse en los bosques y con suerte encontrar algún riachuelo, y ahí observar con melancolía el cielo y el agua cristalina... al aprender a leer, se aficiono a la lectura, en especial a las historias de los humanos, sus leyendas, sus costumbres, sus historias fantásticas, para ella una raza fascinante, la delicadeza y la fragilidad de los humanos la embeleso por completo.

El estar en alejada de la sociedad y completamente aislada, sus extraños modales, la forma desmarañada de vestir, por lo menos respecto a la despreocupación por su aspecto, podría al menos evitar rasgar sus ropas o mancharlas en exceso, pero esto no le importaba lo mas mínimo tan solo quería explorar lugares mas recónditos, Todo esto en conjunto provocaba habladurías y comentarios mal sonantes, que según repetía su madre una y otra vez, dejaban en evidencia a la familia y la ponían en un compromiso frente a la gente con la que se relacionaban. La culpaba por no poder caminar con la cabeza bien alta en banquetes, bailes y demás festejos a los cuales acudía, se avergonzaba de ella y siempre le recriminaba que tomara ejemplo de su hermana. En un principio no se le tomaba tanta importancia pero cuando Anolien alcanzó la adolescencia ya no se podía tolerar más este comportamiento, Anolien ya había alcanzado la edad en la cual debía comportarse como se comportaría una señorita, se acabaron los libros y las excursiones. Ahora debía presentarse en sociedad, vestir pomposos y extravagantes vestidos, que según el día o la ocasión picaban, apretaban o simplemente detestaba, además de llevar múltiples accesorios que siempre perdía, o dejaba olvidados, como fulares, joyas, bolsos y extraños paraguas que nunca entendía porque debía llevar. Pues si no llovía no veía la necesidad de llevar colgando algo inservible.

Anolien detestaba esas absurdas fiestas sin sentido, donde se respiraba falsedad y burdos aparentamientos. Debía andar con pies de plomos durante todo el evento pues todo el mundo la observaba con gran miramiento, analizaban todos sus movimientos. En especial su madre que tenía sus ojos fijos en ella. Anolien debía llevar sumo cuidado, eran pocos los banquetes en los que no formaba un pequeño revuelo, o barullo. Así que un buen día justo después de una pequeña disputa familiar decidió emprender su viaje, marchó a recorrer mundo, Re-tomando el negocio de su madre y vendiendo las materias primas de alta calidad que se extraen de las minas de su padre. Ser comerciante le brinda la oportunidad de recorrer toda la región y los países vecinos. En especial puede estar en Imberlia y convivir con los humanos por un largo tiempo. Observar el mar y la contemplar una diminuta parte de la inmensidad del océano. Aunque siempre ha de volver a Metnum pues sus materiales no son infinitos. Los productos con los cuales comercia suelen ser oro y piedras preciosas, vende principalmente el material ya pulido y listo para elaborar, pero no obstante también tiene material en bruto en menores cantidades. Suele ofrecer su género a precio muy razonable, tanto que hasta ha tenido problemas con distintos comerciantes. Pero... poca gente se acerca a ella por su aspecto desmarañado e indecente. Así que suele tener poca clientela, pero.... eso si, clientes contentos con el material y el precio...