Cosas de ladrones (craizdraw)

Admiré la ciudad, tan hermosa como siempre. Enorme, llena del característico ruido de Vatralon, con máquinas funcionando por doquier, gente ajetreada corriendo por las calles, chavales jóvenes manchados con el hollín de su primer trabajo en una fábrica.

Caminé por esas calles que, a pesar de no ser de mi ciudad de nacimiento, tan bien conocía, pues allí había pasado prácticamente media vida. Y aunque Vetran me encanta, no cambiaría Mirtrea por nada del mundo.

Y llegué a mi destino. En un callejón un poco apartado de el centro de actividad de la ciudad pero muy bien situado, lejos de todo y, a la vez, próximo a los sitios importantes de Vertran. Sitio ideal para poner una casa, sobre todo si eres ladrón.

Llamé a la puerta con energía. Me abrió un chico joven, de pelo negro y ojos oscuros.

-¡Payyeb! -exclamé. Y, a modo de saludo, abracé a mi amigo de la infancia.

Había ya consumido media caja de cigarrillos cuando escuche al fin alguien llamando a la puerta. Ya había pasado tiempo desde la última vez que nos habíamos visto.

-¡Ishëe! al fin llegas- le dije mientras la abrazaba- Pasa por favor espero que te encuentres cómoda en tu estadía-

-Sí... ¡eres un caradura! Si no vengo yo a visitarte, tu no mueves ni un solo dedo por verme, ¡maldito perezoso! -acompañé mis palabras con golpe cariñoso en su brazo. Él sabe que todo lo que pueda decirle va con todo mi afecto.

Entré como si estuviese en mi casa; la confianza da asco, y Payyeb y yo tenemos mucha confianza.

-¿Qué puedes contarme? ¿Noticias de la ciudad, algún trabajito interesante, alguna disputa? ¿Cómo va tu vida? Anda, ponme al día.

Me senté en uno de los sillones que tenia invitando a Ishëe a tomar asiento.

-Tal vez no te visite muy a menudo querida amiga, pero me complace decir que últimamente el trabajo ha estado maravilloso- acompañe mis palabras de una sonrisa mientras abría un pequeño cofre al lado mío, de el saqué dos collares con hermosas piedras preciosas y el lance uno a mi querida amiga - Últimamente las joyas han estado de moda, espero cada noche de fiestas para encontrarme algún inoportuno noble. ¿Gustas alguna bebida?-

La deje admirando el collar mientras fui a buscar un pequeño papel.

-Y, para nuestra suerte, hay un baile justo esta noche – le dije entregándole el papel.

-Sí, me apetece tomar algo, gracias -le dije mientras miraba la bella joya que tenía en mis manos. Era demasiado ostentosa para mi gusto, pero eso daba igual, lo importante es que valía una fortuna-. Sigues en forma, veo. Siempre te gustó robar a la alta sociedad. Sigues apasionado por esas reuniones de gente noble y estirada, ¿no es así?

Con cuidado dejé el collar al lado del cofre y tomé asiento al fin. Estaba bastante cansada del viaje, pero aún así me interesaba ese baile.

-Así, ¿dónde y a qué hora se celebra?

-Por supuesto, esos cerdos no extrañan nunca nada – le dije mientras serbia un poco de agua – Siempre lo mejor se puede encontrar en sus horrendas fiestas. –

Le lleve el vaso a Ishëe mientras tomaba asiento de nuevo – Empezara a tempranas horas de la noche y promete ser una velada duradera y por supuesto valiosa, así que, que dicen Ishëe, ¿Te animas?. -

Sonreí y alcé el vaso, como para brindar por mi amigo.

-Sabes que sí -bebí, dejé el vaso y miré a Payyeb-¿será como en los viejos tiempos, verdad? ya tengo ganas de empezar

-Como en los viejos tiempos querida amiga, como en los viejos tiempos- decía mientras bebía del vaso.

Pronto la tarde llegaba a su fin e Ishëe y yo estábamos más que listos para la noche. Con las habilidades de ambos este sería más que un perfecto robo.

-Será genial -murmuró Ishëe. Se había vestido especialmente para la ocasión, con un vestido digno de la nobleza de Vatralon-Dime, Payyeb, ¿parezco lo suficientemente rica como para entrar en el baile? -sonrió, ya conocía la respuesta a esa pregunta-Está bien, ¿quieres que repasemos el plan? -le dijo a su amigo, mientras le pasaba la mano por el pelo cariñosamente-Entramos, y vamos cogiendo todo lo que veamos de valor. ¿Listo?

Faltaba poco para que empezase la fiesta, en unos minutos tenían que ponerse en camino.

-Por supuesto, sera una velada fabulosa, oh al menos así lo sera para nosotros- exclamo mientras le sonreía a su amiga y la tomaba de la mano de esa forma que tanto hacia los caballeros, nadie podría advertir que se trataban de ladrones.

Rápidamente llegaron al edificio del baile y después de pasar por la primera puerta, los sentidos de ambos se activaron, deberían de estar muy atentos, siempre había algún desorientado que podría ser victima.

-Disculpe caballero, me temo que nos hemos perdido, ¿en que salón se esta llevando a cabo el evento?- dijo mientras ambos se acercaban al caballero.

El hombre al que se acercaron era ya mayor, pero tenía ese asqueroso porte orgulloso de todos los nobles. Miró a los los ladrones con superioridad.

-Justo allí, por ése pasillo, la segunda puerta a la derecha -les indicó, con un gesto aburrido.

-Oh, gracias -contestó Ishëe. Siguió la dirección que les había señalado y, al pasar por el lado del caballero, se tambaleó un poco de tal manera que rozó al hombre-Vaya, lo lamento.-se disculpó Espero que termine teniendo una grata velada, caballero.

Y del brazo de Payyeb, se dirigieron al salón, con una cartera ya escondida entre las ropas del vestido.

El salón esta atestado de gente bien vestid y bien adornada. De los cuellos de todas las damas colgaban maravillosos, finos ,y por supuesto, caros collares llenos de joyas hermosas. La noche era tranquila y como cualquier fiesta el salón se encontraba lleno de parloteos de un sin fin de vanidosos lords.

-Ah valla, como extrañaba esta aburrida mina de oro, pero bueno, dejemos los sentimientos de lado, es momento de poner manos a la obra.- dijo sonriendo a su amiga.