Un retrato para recordar.

Este día era una reunión entre su majestad y el capitán del ejército. Por lo general sus reuniones erán acerca del trabajo, de la seguridad del reino y de la seguridad de la reina. Pero en esta ocasión sería una reunión fuera de lo normal, podría decirse que un poco más personal, sin los estragos del trabajo a su paso, una charla entre amigos. Amigos... Si, podía considerar el azabache a la reina como su amiga y viceversa aunque fuera un poco raro debido a la posición social de ambos, aunque claro él ya se había ganado el respeto de su majestad al obtener un rango de caballería alto. Así que el termino de amigos era algo correcto.

Regresando un poco en el tiempo, exactamente a una de sus platicas esporadicas acerca del reino, el azabache había mencionado su gusto por pintar, que de vez en cuando hacía dibujos de lugares importantes del reino y que gustaba de plasmar en lienzo la belleza de la ave símbolica del reino. La reina que gustaba del arte gracias a la fina educación que obtuvo en sus cortos años de vida, se interesó en el tema, pidiendo así que el caballero le mostrará dichas obras, el de ojos rubíes no le molestaba su trabajo de hecho de enorgullecía de aquello, pero temía que su trabajo no fuera de la calidad propía para enseñarlo a su majestad, pero siendo ella su majestad no se negaría, pero a parte de eso le tranquilizaba que ella fuera bastante amable para su edad.

Acordarón que en la próxima reunión se mostrarían tan esperados trabajos, compartirían opiniones y se plantearían ideas para su próximo cuadro, tal vez piense en exhibirlo, pero la idea le avergonzaba un poco, le gustaba su trabajo pero la atención siempre fue un punto que gustaba pasar.

Regresando al momento actual. El azabache llevaba consigo al estudio personal de la realeza, ahí la joven reina paso sus primeros años aprendiendo de los mejores maestros y perfeccionando sus habilidades, era un lugar recordado con estima y con respeto siendo este el lugar donde la reina proponía leyes y daba aceptación a otras, era su estudio privado y lugar de relajación. Pues bien el caballero llevaba amarrado cuidadosamente 3 lienzos en un manto de color rojo con estampado en dorado y amarrado con un cordón a juego, lo llevaba bajo el brazo con cuidado, a parte de un maletín con algunas cosas de utilidad. En esos momentos no llevaba el típico uniforme, llevaba una ropa formal pero sin ser de la altura de la caballería, una camisa con ornatos típicos de la región, en color negro y un estampado sencillo con tonalidades en rojo y plata, un pantalón de tela formal y ligera de color negro amarrada con un cordón dorado con el símbolo del reino y unos zapatos sencillos en negro, era una vestimenta sencilla pero que dejaba ver su profesionalismo además de acentar su mirada enigmatica y conbinando a perfección con su cabello azabache.

Al adentrarsea la habitación, ahí se encontraba ella. Su majestad Ren, sentada en un diván, con un libro en mano, traía un kimono real, sin ser ostentoso, en color azul suave como sus ojos celestes, con un obi negro con un listón plateado con el símbolo del reino en medio de este, un ornato floral en colores plateados y toques de un rosado suave, sencillo, vivo pero a la vez tranquilo, no llevaba su corona pero si un pequeño adorno dorado que adornaba su cabello ligeramente recogido, con unas flores rosadas y un grabado que delataba su linaje real. Se le miraba serena, tranquila y bella, digna de su puesto, digna de su belleza.

El azabache dejo las cosas en una mesa cercana a los asientos que decoraban la habitación y no tuvo que decir nada, solo dío una reverencia, la reina presentía su llegada y lo recibió con una sonrisa tranquila y agradable, dando a entender que el contacto visual no tenía que ser obligatoriamente formal, ya que no era una reunión de vital importancía si no una reunión entre amigos, ¿No?, Claro esta, el de ojos carmesí no estaba del todo acostumbrado a las relaciones ajenas a su trabajo, así que se miraba un poco torpe en su hablar y su movimiento fisico que todavía pretendía ser un capitán.

- Discúlpe la demora, su majestad.- Dijo tranquilo.- He traído lo que me pidío, espero sea de su agrado.- Desenvolvío suavemente la suave tela, dejando al descubierto los 3 lienzos, un Levúr en pleno vuelo hacía el cielo rosado del atardecer, el palacío, brillante y fuerte y de profundo respeto y un lienzo en blanco, pero... ¿Qué tenía que ver un lienzo en blanco? Alguna equivocación, la respuesta era clara al ver dicho lienzo y su maletín a lado de la tela, parercía que iba a pintar otro cuadro, ¿Pero de que iba a ser?

Al verlo entrar, lo primero que noto es su vestimenta y el que no llevaba puesto su típico uniforme de capitán real con el cual lo miro todos los días le solté una sonrisa alegre, ya que para mi no era muy común verlo en esas ropas, y no es que me burlase de él, claro que no, pero se miraba tan distinto y a decir verdad era aun mas apuesto de lo normal, casi nunca me fijo en eso en los chicos ya que mi madre se volvería loca y no es que me interese mucho, pero en Zen es algo inevitable, y es cierto que tiene mucha popularidad fura y dentro del reino.

Esa tarde no era una reunión para hablar sobre los asuntos del reino u otras cosas relacionadas con el mismo, simplemente era una reunión de amigos en la cual podíamos olvidarnos un poco de nuestros puestos y hablar sobre nuestras cosas y lo que nos importaba. Yo vestia de manera casual al igual que Zen... Aunque no estoy muy acostumbrada a que la gente me mire vestida de esta forma, con él es diferente. Llevamos muchos años de conocernos y de ser amigos que honestamente no me molestaría ni siquiera el que me mire recién levantada y con mi cabello locamente alborotado.

Noto la cordialidad con la cual me habla y refuto al instante. -¡Zen, te he dicho que cuando estamos tu y yo solos dejamos de lado a el “caballero y reina”, para pasar a ser amigo y amiga!- Me cruzo de brazos he inflo un tanto las mejillas, no estoy molesta pero siempre hago este gesto como forma de gracia cada vez que él se olvida de algo, no me entiende o no concordamos. Claro, sin que haya gente presente. Al terminar mi tan mal gesto de supuesto enojo cierro el libro que traigo en mano y lo dejo a un lado sobre una mesita lo bastante alta que esta a mi derecha, para después posar mis manos sobre las rodillas y sonreírle de nuevo alegremente.

Noto también que trae 3 lienzos, con hermosas pinturas que el hizo pero uno esta en blanco, podría preguntarle el ¿Porque? Pero prefiero que salga de el él decírmelo y no de mi tan de golpe, menos si acabo de gritonearle (aunque en forma de juego). No me gusta hacerle muchas preguntas porque antes cuando éramos un poco mas jóvenes, yo no paraba de interrogarlo con cualquier cosa y aunque él no me lo decía en mi cabeza siempre tenia el que tal vez lo enfadaría con tanta pregunta, así que de un tiempo acá he decidido no hacerlo mas, aunque él siempre me contesta todo lo que le pregunto de muy buena gana.

Tal y como lo esperaba la reina le dío una pequeña reprimienda por su forma sútil de hablar, se quedo un poco sorprendido por sus reacciones, la verdad le costaba ver a la reina tan animada y sin su profesionalismo, pero claro ella seguía siendo una joven, por ende era obvio que tambien podía actuar de singular forma con tal naturalidad, el caballero suspiro y sonrío levemente.- Entonces, disculpame, Ren.- Se sentía un poco incomodo hablando de esa manera tan personal hacía su majestad sin guardar respeto.

Intento ocultar esa incomodidad con su serenidad y volvío a dedicarle una sonrisa placida.- Bueno entonces evitaré las formalidades por ahora.- Siguío acomodando sus cuadros, vió por la mirada curiosa de su reina que tenía duda de ese tercer lienzo en blanco, estaba acostumbrado a que ella le preguntara por todo pero ahora no le preguntaba nada, creo que la reina quería no ser tan irrespetuosa, pero por su naturaleza jovial era normal que ella quisiera saber de todo. Sonrío suavemente y acomodo en un caballete que se encontraba guardado en un armario de la habitación, el lienzo en blanco, tomó su maletín con todos sus artilugios para pintar, después la miro de forma misteriosa.- Te tengo una sorpresa.- La tomó con cuidado de la mano y la sentó en el diván de nuevo.- Ahora usted será la protagonista de este cuadro.- La miro esperando ver su expresión y que esta le permitiera proseguir.

-Estas disculpado- Le dije con una sonrisa. -Como siempre, son realmente hermosos. Tus cuadros, yo aunque quisiera no podría plasmar algo así de preciso y bello-. Eche un suspiro mientras me inclinaba para ver los detalles de tan delgadas pinceladas.

Me pareció tan curioso que él me tomase de la mano y me acomodara en el bonito diván de antes, echo de madera fina, con un colchoncillo de seda roja y almohadillas doradas bordadas a mano, que no abrí mi boca de nuevo para regañarle por a verme llamado por "usted" de nuevo. Pero el acto que hizo no fue lo que me sorprendió y me dejo boquiabierta si no lo que dijo después. - ¿Yo?- Asombrada, ¿Y…yo?! La protagonista de una pintura ¿Hecha por Zen? La verdad es que no me lo esperaba ni mucho menos, ya que por lo general el suele plasmar lugares hermosos y llenos de vida (amenos a mi eso me parece, ya que cada que miro un lienzo suyo, las imágenes parecen tener mas vida y color de lo que realmente tienen) No sabia el por qué quería pintarme, siempre he sido una persona insulsa y para mi gusto muy apagada, soy así por la educación que me dio mi madre pero ¿La belleza? Honestamente no creo tener cierta "belleza", amenos cuando me miro en el espejo solo veo a una chiquilla de 18 años que desea dar lo mejor de si cada día y ser buena reina para todo el pueblo.

-¿ Enserio quieres pintar...me en uno de tus lienzos? - Lo mire como buscando una respuesta en su rostro. - No soy deslumbrante como la mayoría de las cosas y lugares que pintas...-. Me metí en hombros y mire un poco a otro lado pensando en que, lo que yo acababa de decir me parecía muy cierto.

El caballero se sorprendió un poco por las palabras de su majestad. Es decir... ¿Cómo podría decir ella que no era deslumbrante? Para el azabache su majestad era importante y bella, sabía bien que todavía ella era joven, pero eso no desacreditaba la valía de ella, para este pintarla era un honor.- Era algo que quería hacer hace tiempo, pero si no estas... de acuerdo con eso no lo hago aunque sería una lástima...- Se le hacía difícil hablarle a la reina en un tono informal, siempre lo hacía y el no hacerlo le parecía una falta de respeto aunque no fuera así.

Realmente estaba deseoso de pintarla, pero él no haría algo que ella no quisiera, se dirigió hacía donde estaba el lienzo preparado y miró a su majestad esperando respuesta, ya sea para empezar a bocetear o para guardar su material.- Yo creo que eres deslumbrante y digna de que te inmortalizar en un cuadro.- Le sonrío levemente.

Junte mis piernas, las incline un poco y pose mi mano en el lado mas despejado del diván, Estaba mas que roja por su comentario, nunca nadie me había dicho eso. Mejor dicho ningún hombre lo había echo, por lo general ellos siempre entrecruzan dos o tres palabras conmigo y en su mayoría estoy siempre rodeada de mujeres y los ancianos del reino, bueno casi siempre miro a Zen pero... Nunca me hablo así ni siquiera estando en este lugar los dos solos, "Yo creo que eres deslumbrante y digna de que te inmortalizar en un cuadro" Fuera del respeto que me tiene por ser su reina, como amigos eso fue algo extraño. Sonreí nerviosa por el comentario y para que no se notase me voltee un poco aun con mi cabeza casi en el piso de la pena. -Si piensas así, entonces esta bien, dejare que lo hagas de echo seria algo parecido a un honor para mi- Sonreí de la manera mas torpe que pude haberlo echo ó almenos a mi me pareció así, pero en ese momento estaba nerviosa y bien dicen que cuando uno esta así hacemos ó decimos varias tonterías.


Suspire y me acomode lo mas correcta posible para que comenzara sus trazos, no sabia exactamente como ¿Posar? Ante el, así que solo erguí mi espalda, levante mi barbilla acomode mi kimono que colgaba al suelo, con mis piernas bien junta y mis manos entrecruzadas, le di una sonrisa y pregunte. –¿Crees que estoy bien así? ó ¿Preferirías que me pusiera en alguna pose mas adecuada?-.