Ladrones [The-Arlequin]

Amaneció un día lluvioso, y salí del hostal en el que me había hospedado esos últimos días. Había terminado mi tarea en Avisnia, y ya solo me quedaba volver a mi hogar, Vatralon. Pero aún quería hacer una pequeña cosa antes de marchar: había oído hablar de un hombre que se hacía llamar el Rey de los Ladrones, alguien a quien yo no conocía. Y puesto que en mi opinión, todos los ladrones medianamente importantes deberían conocerse para así ayudarse mutuamente, y más aún si son de países distintos, quería poder hablar con él. Pero las informaciones eran escasas: poca gente era capaz de dar una descripción, y nadie pudo decirme donde dormía. Así pues, decidí moverme por el centro de la ciudad, sin dejar de preguntar a quien podía, esperando que apareciese. Normalmente, cuando preguntas mucho por un ladrón, éste termina enterándose. Así que solo podía esperar que ese tal Rey se enterase de que una nagoona lo buscaba, y viniese él mismo a hablar conmigo.
Llegué pronto a la plaza principal de la ciudad; era día de mercado y estaba lleno de gente. Robé un par de carteras con discreción, solo por puro aburrimiento, mientras seguía preguntando. Y durante todo el rato, los neveeos me seguían, nerviosos, con la mirada, puesto que mi piel morena y mi pelo naranja destacaban en esa multitud como si llevase un cartel inmenso con las palabras "SOY NAGOONA; NO SOY DE AQUÍ".
Pero me gustaba que me mirasen. Y así al ladrón le sería más fácil encontrarme.

Como es mi costumbre dormí poco y pausado deje a Aztrid atada a un árbol a las afueras de la ciudad para evitar perder la de nuevo o que cause algún desastre, mi estomago rugía por lo que supe que era el momento perfecto para un desayuno y ¿que mejor para desayunar que el mercado? a estas horas debería estar atascado de gente, tanta comida y carteras reunidas hacían mover mis dedos de la emoción. Mientras caminaba hacia ahí me miraba en el reflejo de las ventanas para acomodar las plumas de mi cabeza y tratar de ser lo más visible posible.
Con paso lento y un tanto infantil llegue a la plaza principal mirando a toda la gente reunida, me acariciaba las manos como mosca pensando por donde empezar, me relamí un poco los labios antes de empezar a caminar entre la gente robando más que solo carteras como llaves, botones hasta incluso hilos de varios colores, solo por diversión y practica, después de todo busco hacer me fama en ese pequeño país.
Me adentre más entre las personas y como un punto negro en una lona blanca logre ver unos cabellos únicos era una ... ¿como se llamaban? ... NAGOONS! claro claro si no mal recuerdo a uno de ellos le robe mis katares, una maquinaria impresionante o al menos para mi lo son je je, decidí seguir la un poco y tratar de ver que curiosos artefactos podría ella traer consigo, una mejora en mi limitado armamento no estaría mal después de todo

Siguió dando vueltas por el mercado pero notó que alguien la seguía. Lo miró de reojo, pero no alcanzó a verlo claramente. Le pidió a la diosa Faïtha que ese fuese el hombre al que andaba buscando y, tras dar un par de vueltas más, se deslizó hacia una calle un poco más pequeña y menos concurrida. Como quien no quiere la cosa, se movió hasta doblar una esquina para entrar en un callejón pequeño. Entonces, rápidamente, trepó la pared y se escondió muy hábilmente en un pequeño balcón de un edificio abandonado, quedando completamente fuera de la vista, y espero a su seguidor mirando entre los barrotes del balcón, preparada para saltar en cuanto lo viese. Sus plumas fueron lo primero que vio, de llamativos colores. Bajó de un salto y se le planto detrás, apuntándolo con uno de sus cuchillos, que ella misma hacia, y le pregunto.
-¿qué supones que estás haciendo, siguiendome?

Fue sorpresa la emboscada de la chica, aunque la verdad fui un poco obvio en mi intento por seguir a la chica, era obvio que por esos ojos de halcón y esos reflejos para escabullirse no eran los de una simple ciudadana, era fácil para descubrir a un camarada que labora en lo mismo que yo, el transporte de bienes extraviados, por así llamar le.

-¿Seguir la? jajajaja vamos vamos, solo ha sido una coincidencia, solo íbamos por el mismo camino eso es todo veraz aquí a unas cuadras más queda mi casa - no podía evitar poner me burlón ante tal tipo de situaciones y tratar de ver le la cara a la chica -no tienes por que ser tan arisca Nagoona ¿tienes pruebas a caso de que te estoy siguiendo? - dije sonriendo sintiendo la punta del puñal contra mi espalda, mientras mis manos aun escondidas dentro de mis ropas le impedían ver cual quier triquiñuela que pudiera estar preparando para defenderme, el ambiente era silencioso, apenas se podía oír el viento que se colaba entre los callejones, con la vista buscaba alguna superficie reflejan te para poder ver a la chica, ... ¡éxito! encontré una contra la pared, un pequeño cristal que yacía tirado contra la pared que me mostraba a la perfección la parte que más me interesaba, el puñal.

-¡ja! se cuando alguien me sigue, bonito, a mi no podrás engañarme tan fácilmente -hice un poco de presión con el cuchillo, no para acerle daño, solo para que lo notase- y teniendo en cuenta la situación, puedo matarte rápidamente con un solo movimiento, y tu no estás en condiciones de ir chuleando. Así que vamos a hacer un trato. Tu me dices todo lo que sepas de un hombre que se hace llamar el Rey de los Ladrones, y yo te dejo seguir con tu vida.
Él era mucho más alto que yo, unos 30cm como mínimo, pero teniendo en cuenta que mi altura es muy escasa, eso no me sorprendió.

-¿crees que soy bonito? - dije con un tono un poco afeminado riendo por todo hasta escuchar que mi apodo al fin se hizo presente en al menos en Avisna quizás -¿esa es tu idea de una amenaza preciosa?- dije algo serio -Cuando alguien cumple las metas en su vida, esta listo para morir ... aunque yo no quiero morir aun, no hasta que tenga mi primer beso - dije tomando cierta pose ignorando el cuchillo por unos segundos, mis manos temblaban de la emoción y no pude aguantar más, gracias a que ella solo me veía la espalda, desabroche con cuidad aparentado que no hacia ni un solo movimiento, el ultimo botón, sentía como todo iba lentamente pero al momento de soltar lo, lance mi yukata a hacia la chica distrayendo la mientras activaba el mecanismo de mis katares y con un rápido movimiento golpee aquel puñal, logrando lanzar lo a un lado y siguiendo la fluidez de mi primer ataque con el katar de la otra mano posando la hoja justo debajo de su barbilla
-Ahora la pregunta es ¿que podrías dar me tú a cambio de tú vida ?- no pude evitar reírme un poco burlón, para luego solo retraer aquella hoja y sonreír le más amablemente -Hoffen, el rey de los ladrones a tu servicio - dije poniendo mi mano en mi pecho y haciendo una leve reverencia al chica

Quedé sorprendida y me dolió más mi ego que el echo de que me estuviese apuntando al cuello.

-Mi vida no vale nada... pero aún así, no estoy dispuesta a perderla, porque es todo lo que tengo.-enarqué una ceja, con escepticismo, tenía cuatro cuchillos más escondidos entre la ropa, pero aún así, ese que había tirado era de mis favoritos-no me creo que alguien tan mayor como tu no haya tenido su primer beso, querido -sonreí-y que diga que eres bonito no quiere decir que lo piense. Tu mejor que nadie, si realmente eres buen ladrón, sabrás que mentimos más que hablamos. Y yo siempre uso apelativos de este tipo, cariño, así que no se te suban los humos. Solo he venido a hablar contigo, amistosamente. Podría enfrentarme a ti, pero como muestra de que voy en son de paz, me rindo sin pelear-levante las manos en señal de sumisión, aunque realmente, todo mi cuero seguía en tensión, preparado y en guardia por si él quería pelear.

Me quede callado a su explicación con cierto asombro, cada palabra no podía creer lo, parece que necesito mejorar en mi sarcasmos o mis bromas y como abuela con su nieta le pellizque ambas mejillas y la sacudí con dulzura

-¡No puedo creer lo inocente que eres!- dije como si habla con una bebe -Obvio que no creo nada de lo que me has dicho chaparra, como dices, somos ladrones ante todo- reía con cada palabra sin poder evitar lo -y lo del beso es cierto, me aguardaba para alguien muy especial, pero llegue tarde ella tal vez ya no me quiere </3 ... como sea - da un paso atrás -¿por que me buscas con tanto interés? sea lo que sea que se te perdió te juro que yo no lo tengo - dije sonriendo un tanto triunfante por saber que alguien independientemente de la guardia me buscaba

Entrecerré los ojos.-Eres un tanto extraño, ¿sabes? Y, de ahora en adelante...-con movimientos muy rápidos, lo tomé del brazo y, con una clave de judo muy bien efectuada, dejé a Hoffen tumbado en el suelo, y me senté encima de su espalda, inmovilizándole completamente, y me incliné sin dejar de presionarle para hablar suavemente al lado de su oído- escucha atentamente, no vuelvas a pellizcarme ni a tutearme de este modo. Nunca. Y si piensas que soy inocente... te equivocas muchísimo, pero eso ya me da igual, piensa de mí lo que te apetezca, bonito. Venía en son de paz, pero hay ciertas cosas que no tolero demasiado bien.- hice una pausa, respiré tranquilamente y proseguí-Ahora, te quedarás aquí quietecito mientras yo hablo, y después ya veremos si te suelto... mira, te buscaba para decirte que yo soy la ladrona más importante de Mirtrea, y una de las mejores de todo Vatralon, y puesto que tu eres un ladronzuelo nuevo que acaba de aparecer haciéndose llamar "el rey", solo quería presentarte mi "amistad" como compañera de armas y brindarte mi apoyo, para una pequeña alianza entre ladrones, que siempre son muy útiles. Pero ahora ya no sé si estoy tan interesada, visto lo visto...-dije con un deje de escepticismo en la voz, sin dejar que el se moviese ni un pelo.

-¿una amistad dices? futuros socios ¿eh? je je je vaya manera de empezar un negocio ¿no crees?- seguía con la misma manera burlona, realmente encontrar Rielle se llevo mucha de mi seriedad pensando que esta vida solo es una ironía más solo que más larga y un tanto compleja ... ¿a quien quiero engañar? la extraño je je pero eso lo se solo yo y nadie más. - cuantas veces me has llamad bonit ... ay ... basta basta ¿no me vez que me lo voy a creer? jajajaja acuh! que amargada eres chaparra y para tu información no soy un ladronzuelo nuevo ni un aspirante a nada, solo que mí fama apenas logro alcanzar tus oídos - dije soberbio la ultima parte -además, no quiero que me sueltes ...digo somos el uno para el otro - hice una cara de un extraño placer -yo se que vienes para convertirte en mi reina y tener muchos muchos muchos hijos jajajaja! auch! tranquila con el agarre o espera ¿crees que me tienes? ... ¿como no decirte que eres linda? ¿Debo zafarme para que estés interesada de nuevo ? digo después de lo escuchado lo escuchado -

Solté una carcajada-Sí, tienes razón, solo vine para ser tu reina -dije burlona y sarcásticamente, con voz suave y sensual- Tranquilo, ya te suelto, no me apetece mucho pelear -con agilidad, me levante de su espalda y me puse delante de él en cuclillas, mirándolo a los ojos- No es exactamente socios. Los socios trabajan juntos, y se dividen los beneficios. Yo te estaba ofreciendo una mano amiga, la mano de alguien que es como tú. Hay toda una comunidad de ladrones en Ocella, y todos nos conocemos y nos ayudamos. Yo soy miembro especial, y cuando viajo, me muevo buscando nuevos ladrones, para informarles y ofrecer mi ayuda, porque no nos necesitamos, lo sé, pero aún así, es una ventaja. Sé que tú, Hoffen, no estás en nuestra pequeña comunidad, así que vine a buscarte para eso. Nada más -Me incorporé completamente, cual alta soy (que no es mucho) y me sacudí distraídamente la ropa.-vamos, bonito -dije, marcando la palabra 'bonito' con sorna-Te ofrezco una buena oportunidad. Sé que tu esperabas muchos hijos, pero para eso deberás buscarte a otra mujer, una que pueda soportarte. A cambio, mi ofrecimiento no está tan mal. Solo piénsalo.

Rodé para quedar boca arriba y ver a la chica en una posición más comoda

-Dudo mucho encontrar a alguien que pueda atarme y cambiarme pero siempre hay un mañana - reí levemente pensando en esa oferta, es verdad los ladrones trabajamos mejor solos, los mejores ladrones roban hasta la confianza --Suena interesante en verdad que suena, trabajar a lado de camaradas con el mismo fin suena tentador y me da mucha curiosidad, siempre he tenido que estar solo me pregunto si ¿se sentirá más emocionante? ... ah tranquila, no eres tan afortunada, no eres mi tipo- dije mientras me levantaba y me quitaba el polvo de las ropas -Bueno ¿que podría perder? nunca me niego a una nueva experiencia, es más como muestra de mi arrepentimiento te ofrezco estos cuchillos- saque de mis mangas unos cuchillos que tal vez le resulten familiar a la chica ya que, después de todo, son de su propiedad. Solo sonreía con ternura -eres muy hábil al esconder tus armas, eso lo debo admitir -

Miré los cuchillos arqueando una ceja. Después miré a Hoffen y sonreí.
-agradezco tu amabilidad y, a cambio, yo te ofrezco esto -saqué de las bolsas de mi cinturón un par de ganzúas, varias varillas metálicas y un bisturí, todo pertenecía a Hoffen. Tomé mis cuchillos y le devolví sus artilugios-Bien, hay varias cosas que debo contarte sobre nuestra organización si quieres formar parte de ella, pero no puedo hacerlo aquí. Debe ser en un lugar seguro, donde absolutamente nadie más pueda escucharnos. Tú conoces esta ciudad mejor que yo, así que busca un lugar adecuado. -fui a buscar mi otro cuchillo, el que Hoffen había lanzado lejos, y me volteé para mirarlo-Y, tranquilo, tu tampoco eres mi tipo.

- ¿Segura? - pregunte en un tono coqueto y burlón mientras tomaba mis cosas y las colocaba de nuevo en su lugar -veamos un lugar seguro para hablar ... hmmm ... si quieres podemos ir a las afueras de la ciudad no creo que alguien se interese de nuestra platica ahí ... a menos que quieras entrar en alguno de estos edificios abandonados- pregunte ya más relajado dejando ese actitud pedante atrás -oh como prefieras, por mi no hay problema escuchar lo que tengas que decir Naggona justo aquí. - dije sonriendo más amigablemente

-No, aquí no, prefiero marchar un poco hacia las afueras de la ciudad. En este tipo de callejones siempre hay oídos indiscretos -di media vuelta y eché a andar sin mirar a Hoffen- Por cierto, soy Ishëe. Creo que con todo aún no me había presentado. Bien, hacia donde vamos? -pregunté, esperando que el señalase hacía qué dirección debíamos ir.

-¿que importa la dirección? vamos a las afueras de cualquier modo, basta solo con caminar en linea recta y eventualmente hallaremos lo que hemos estado buscando- dije relajado sin intención de burla mientras corri un poco para poder alcanzar a Ishëe en su paso, señale el camino más rápido para ir que tal vez nos tomaría cerca de 30 minutos recorrer a paso de tortuga -Es un gusto, por un segundo jure que te llamabas chaparra- dije en un tono infantil y burlón esperando simplemente hacer la reír, mientras caminábamos por esos callejones en mal estado pronto se empezaba a oír el bullicio de la gente y sabia que antes de llegar debía saber algo importante -¿Has matado a alguien?- pregunte sonriendo restando le importancia a la vida en ese momento

-Está bien -contesté, mientras seguía la dirección que me indicó. Enarqué una ceja al oír su comentario, dudando de si se burlaba de mí o si solo intentaba ser simpático. Llegué a la conclusión de que esa era su personalidad, que no lo decía con mala intención, y me permití una pequeña sonrisa. Pero la pregunta me hizo soltar una carcajada larga y cuando pude hablar un poco, le contesté-No, aún no. Pero siempre hay una primera vez, ¿no es así? -

-¿Me estas amenazando? - pregunte de manera un tanto burlona a la chica mientras salimos de esa zona para llegar ya a calles más transitadas - Siempre hay una primera vez eso es cierto- dije con una sonrisa un tanto inocente mientras la veía de reojo era claro que jamas había llegado a esa situación pero tal vez cuando llegue no me podría molestar o no lo se, siempre he estado en peligro pero jamas había cruzado por mi mente terminar con el palpitar de un corazón -No me imagino terminado la vida de alguien- dije un tanto torpe mientras seguíamos caminando

-Tranquilo, tu vida está a salvo, de momento -sonreí, aún divertida por su pregunta-Nosotros no somos asesinos, somos ladrones, no matamos ni tenemos por qué hacerlo -Realmente, supongo que si fuese necesario, podría matar a alguien para salvar mi vida, pero nunca estaría segura hasta que no llegase una situación así. Mientras hablábamos, íbamos dejando atrás el centro de la ciudad, y cada vez había menos gente y las casas eran más pequeñas y humildes.

-Pues tal vez si tengamos que hacer lo- dije pensando -Somos ladrones, en efecto, ¿que tal si alguien nos contrata para "robar le" la vida alguien ? es un robo sin beneficiario más que el que nos encargo- a pesar de eso estaba seguro de mis palabras ya que ciertamente asesinar puede ser un modo de cometer el robo más conflictivo de todos, no se, realmente creo en mi argumento. Caminábamos viendo aquellas humildes casas, pensando quien de tanta gente seria un camarada con pies ligeros y uñas largas mirando las afueras de la ciudad, nos adentramos a ellas, caminamos un poco hasta llegar a un gran árbol que daba la mejor sombra del lugar, me senté apoyando mi espalda contra el tronco, disfrutando el viento frió cerré mis ojos un segundo para luego mirar a Ishëe -Bueno, habla que ahora si estamos solos - dije sonriendo le

-No es lo mismo. ¿sabes que existen los asesinos a sueldo, verdad? Ese trabajo no es el nuestro. -en cuanto Hoffen tomó asiento en el pie del árbol, yo hice lo propio en una roca cercana- Bien, dentro de nuestra organización, los ladrones nos dividimos en los cinco reinos (Graent, Imberlia, Vatralon, Avisnia y Myrdhin) y cada reino tiene su 'miembro de honor'. Los cinco miembros de honor juntos son como los organizadores de nuestra comunidad. Yo soy la de Vatralon. Pero en este momento tenemos... bajas, puesto que en varios reinos a penas hay ladrones. Algunos ni siquiera tienen Miembro de Honor, por lo que hay menos organizadores y más problemas. Después están los miembros normales, y los aprendices -hice una pausa, respirando lentamente- Para ser miembro oficial, tienes que llevar este gravado en la ropa -le mostré mi gravado de una flor negra- y también saber cierta frase que mostrará a cualquier camarada que eres parte de nuestro grupo: "nosotros no robamos, tan solo tomamos prestado sin permiso". La frase va variando cada dos meses más o menos, por razones de seguridad. -pensé un momento en si me descuidaba algo, pero no reparé en nada-Ah, ahora mismo en Avisnia, no hay miembro de honor. Quiero decir, puedes aspirar al puesto. -sonreí-Aunque no estoy segura de que seas capaz de alcanzarlo.

Preste la mayor atención a cada palabra que ella decía, se escuchaba interesante hasta tentadora la oferta y mas ser considerado el mejor de Avisna ... Aunque sea por falta de candidatos era una muy buena oportunidad -y ¿Como funciona? ¿Debo dar les a caso el 10% de lo que robe? Por que si lo que hablas es cierto, no suena a algo que se haría de a gratis ¿Quien esta sobre los altos de cada país? Digo ¿Tendré que rendir le cuentas a alguien? ¿Que responsabilidad lleva ser el rey de avisaba ante sus ojos? - pregunte muy interesado -aunque la verdad ese grabado rompe la armonía de mi estilo y eso me desanima a tomar esa desicion, si cada 2 meses cambia la contraseña ¿Quien la impone en primer lugar? Y sabes que puedo con el cargo es solo que tienes miedo por que sabes que lo haré mejor que tu y quieres ser mi novia - dije molestando la con esas ultimas palabras

-No hay nada por encima de los cinco miembros de honor, y ninguno es más poderoso que los demás. Son iguales. Pero entiende, somos ladrones y no dejamos que nos manden, así que no somos exactamente "jefes", solo nos encargamos de los cargos importantes, de organizar un poco. Sí, los miembros ponen el 10% de sus ganancias, pero los de honor, no ponemos nada -le miré a los ojos, intentando no ofenderme mucho por sus palabras-Mira, si no combina con tu ropa, lo escondes en un bolsillo y lo muestras cuando sea necesario, o te lo tatúas en la piel, como prefieras. Y la contraseña la imponen los miembros de honor; cada dos meses nos reunimos para hablar. Y, si estás tan seguro y te interesa ser miembro de honor, adelante, nadie te impide que lo intentes.

No me tomo mucho tiempo, digo es lo que realmente buscaba hacer me de renombre por todo el continente como el mejor de los ladrones, claro debía empezar como uno de los 5 mejores pero estoy seguro que en poco tiempo yo seria el señor de todos ellos -Bien, me has convencido- dije sonriendo y firme en mi palabra -Seré el miembro de honor de Avisna pero que no te sorprenda si solo me reconocen a mi cuando hablen de la organización- dije mientras extendía mi mano hacia ella con una mirada determinada, mientras podía imaginarme mi futuro -Aunque la próxima clave podría ser un poco más poética algo como "Bajo el manto de la noche, ni un ruido se escuchara, somos aquellos con los pies de fantasma y las manos pegajosas, no tememos por que no debemos, orgullos con cada palpitar y con la mano al cielo anhelando tomar una estrella del firmamento " ... o algo así - dije rendo leve al final esperando que estreche mi mano

Me reí con ganas, llenando los pulmones de aire y dejándolo con una sonora carcajada. Crucé los brazos, sin cogerle la mano, y le miré escéptica.
-No serás el Miembro de Honor de Avisnia solo porque tú lo digas, hay pruebas, ¿sabes? Y no eres el único interesado en el puesto. -Finalmente, tomé su mano-Pero aún así, eres bienvenido, como miembro, de momento.