Visitando a un amigo [Mante-KO]

El joven mago estaba de visita en su reino de procedencia, le gustaba venir cada cierto tiempo para abastecerse de material para sus trabajos, ademas siempre era agradable volver a ver las bellas playas, las concurridas ciudades y el ambiente tan pintoresco de su reino natal.

Había ido a Vanya por que a parte de Luin, esa era una ciudad grande y tenía gran comercio, ahí podía encontrar de todo y eso para un artesano como él le era de gran utilidad, había parado a algunas tiendas para comprar de todo un poco, utensilios, piedras preciosas, metal, madera, entre otras cosas. Solo le faltaba a ir a un lugar para finalizar su lista de quehaceres.

Llego a un puesto bien adornado, uno que conocía bien, siempre encontraba buenas cosas ahí y a buenos precios sin mencionar que dejaba este lugar a último lugar para no tener prisas y poder revisar todo, así mismo para poder visitar a un viejo amigo. Uno que conocía hace varios años y con quién compartía el amor por la orfebrería, cada que iba a Imberlia siempre lo visitaba para charlar y pasar un rato agradable.

Sonrío debido a ello y fue al mostrador.

- Oye guapo, ¿Me puedes ayudar aquí? - Agudizó un poco su voz para parecer chica, le gustaba llegar de sorpresa y hacerle una que otra broma, espero que el rubio le atendiera.

Aquella mañana Maren estaba bastante satisfecho con las ventas. Un par de pendientes de coral, tres pulseras de piedras brillantes del mar, un broche y le había pedido un encargo para un anillo de pedida. Por lo que podía ver cada vez se estaba haciendo un poco más conocido en aquella ciudad por su trabajo y no por su físico, aunque no negaba que eso ayudaba mucho. Pensó que ya había recolectado bastante dinero por esta mañana, sus precios no eran muy altos pero tampoco eran una ganga. La hora del almuerzo se iba acercando, así que comenzó a recoger sus cosas poco a poco. Se dio la vuelta para guardar con mucho cuidado sus piezas de orfebrería y los papeles del encargo que había recibido.

"Un anillo de pedida..." pesó mientras tocaba el anillo que sostenía la cadena de su cuello. "Estupideces mías...".

Entonces una voz que reconoció le sacó de sus pensamientos:
- Oye guapo, ¿Me puedes ayudar aquí?.
Maren sonrió lleno de alegría:
- Rouward, cada vez te sale mejor la voz femenina. -dijo riendo. Entonces se dio la vuelta y miró a su amigo el mago aún riendo- Ten cuidado no te vayan a salir un par de pechos.
Maren se acercó a su amigo y le dio un abrazo como saludo.
-Me alegra verte.

El joven mago no pudo evitar reír, siempre le daba gracia ese tipo de bromas, había veces en las que el rubio realmente se lo creía, pero con el tiempo ya reconocía el tono de voz de este, aceptó su abrazo y le dio un par de palmadas en la espalda para después separarse.

Este estaba bastante contento con pasar al puesto, siempre se la pasaba bien cada que venía a Imberlia.

- Jo, ¡Ni lo mande Dana! Qué seguro sería una mujer nada atractiva.- Río de nuevo al imaginarlo.- Igual a mi me alegra verte, ya paso bastante desde la última vez que vine.- Miró el puesto con atención, como todo buen artesano, ponía cosas nuevas y bastante atractivas.- Cada vez que vengo tienes más cosas y muy buenas por cierto, ¿Qué tal te ha ido?- Le sonrío.-

Maren siguió recogiendo lentamente sus cosas mientras hablaba con su amigo. Rouward era una persona con la que Maren podía ser totalmente natural, en su vida había muy pocos como él, se podían contar con los dedos de las manos.

-Pues todo va muy bien, mi clientela a aumentado ligeramente y gano un poco más, espero poder comprar herramientas nuevas para el taller pronto, las que tengo están bastante desgastadas - dijo mientras metía los últimos objetos en su bolsa.- ¿Y tu que tal?¿No ha venido tu hermana? - Maren levantó la mirada, sabía que Rouward conocía sus vicios y él era muy protector con su hermana, así que se apresuró y dijo - Pero no me interpretes mal.


[OFF]: Perdón por tardar y por que mi respuesta sea muy breve, los exámenes ahogan a mi inspiración u.u