Rielle - Caballera

Le gusta: El silencio, La lluvia, hacer figuras de papel (origami), la esgrima, cantar para si, jugar al ajedrez. Le gusta tomarse el café muy fuerte todas las mañanas y también le gusta el olor a madera quemada.
No le gusta: Que la despierten (se pone de muy mal humor), que le griten, no le gusta el dulce (pasteles y demás) ni tampoco los niños (demasiado ruidosos).
Aspecto físico: Siempre lleva su largo pelo recogido en una trenza, la qual siempre cuida de manera especial.

Personalidad: Es una persona seria y tranquila bastante fría, le cuesta mucho mostrar sus sentimientos. No habla si no tiene algo importante que decir y a veces resulta algo arisca con los desconocidos, aunque sin ser maleducada. Sin embargo tiene un gran corazón y se preocupa por la gente a quien aprecia.

Historia: Su caracter arisco y reservado es debido su vida, que le trajo muchas desgracias. Sus padres trabajaban en un pequeño hostal a las afueras de Birna y un día, cuando ella tenía nueve años, hubo un mago que se quedó unos días de paso.
Un día hubo una disputa entre él y otro cliente, por motivos de racismo, y cuando su padre se interpuso para pararlos resultó herido de gravedad y murió a los pocos minutos. Su madre enloqueció, y el mago la mató para evitar que ella le matase. Al quedarse sin familia vagó sola durante un tiempo hasta que la secuestraron unos traficantes de esclavos. Estuvo dos años encerrada en oscuras habitaciones, rodeada de niños en su misma situación, odiando aquel mago que un día acabó con la vida de sus padres y concentrándose en escapar para conseguir venganza. Sus intentos de huir se veían frustrados cuantas veces lo intentaba, y al final se rindió y sólo le quedó rezar a la diosa Onnori, a quien su madre tanto adoraba y que le había enseñado de pequeña a confiar.
Un día los traficantes de esclavos fueron detenidos por un par de caballeros los cuales liberaron a todos los niños. Rielle empezó a admirar mucho a aquellas dos personas que la salvaron y decidió que un dia llegaría a ser como ellos, por lo que cuando consiguió la edad suficiente, se fue para entrar a ser caballera.
Pronto dominó el arte de la lucha y la disciplina y destacó en el manejo de la espada, que hacía con elegancia y de manera impecable y logró ser lo que ella había soñado.
Al ser liberada, su fe en la diosa Onnori se reforzó, por lo cual es muy creyente y la adora. También a su vez sigue pensando en su venganza y su odio a aquel mago que le arruinó la felicidad desprecia a todos los magos en general, aunque no los conoce, pero tampoco se enfrenta a ellos. Es un odio silencioso que se guarda para si, que solo sigue vivo por el deseo de venganza pero que quizá algún dia alguien le haga entrar en razón.
A parte de ese defecto, tiene un sentido de la justicia muy propio y se esfuerza mucho en sus tareas: no quiere que ningún niño tenga que pasar por lo mismo que ella y combate con la injustícia.

Información adicional: Allí donde estuvo encerrada tenían a los niños todo el día atados a las camas por una cadena en el cuello, la cual le ha dejado una cicatriz que tapa vistiéndose siempre con ropa de cuello alto.