Amistades convenientes (Rielle, Hoffen)

Me volví para mirar a Hoffen. Habíamos hablado largo y tendido sobre la organización de los ladrones de Ocella, y finalmente habíamos acordado volver a vernos en unos días e ir a robar algo, más que nada por puro aburrimiento (y por los beneficios que siempre se pueden sacar de un buen robo). Él ya había decidido que quería el puesto de miembro de honor en Avisnia, pero para eso tenía que hacer una prueba, y verse las caras con la otra ladrona que también estaba interesada en ello. Así que para matar el tiempo y hacer algo, decidimos quedar pasada una semana de nuestro primer encuentro y nos movimos hasta Dao, una ciudad de paso con bastantes comercios interesantes (desde el punto de vista de los ladrones, en este caso).
Dao tenía mucho movimiento. Gente corriendo de un lado a otro, carretas llenas de mercancías, comerciantes gritando en plena calle para conseguir clientes... el bullicio ideal para robar un par de cosas. Ishëe se había agenciado alguna que otra cartera por el camino, a de más de otras cosas de valor que iba cogiendo de aquí y de allí.
-Bien, ¿qué quieres que hagamos? he visto un par de lugares interesantes. Una joyería, sin ir más lejos, en esa calle de allí-le dije, señalándole la dirección.

Dao... que ciudad tan agitada pero tan llena de tantos blancos, fui junto a Ishëe tal vez quiere probar mi habilidades en secreto, entonces tendría que hacer lo bien y mire los blancos que ella señalo y pensé un segundo en lugar más difícil

-Yo voto por la joyería hay gente y seria un reto robar la sin ser descubiertos, son calles transitadas por lo que el escape podría ser difícil pero a la vez podría ser útil - dije mientras sonreía emocionado y contemplada las posibilidades -A menos que tengas miedo o no te sientas capaz de poder con este robo- trataba de retar a mi compañera con una sonrisa burlona mientras picaba su brazo

Sonreí ante las palabras de Hoffen.
-Vayamos a por esa joyería, entonces -eché a andar hacia allí, y entré con Hoffen. Eché un vistazo, haciendo ver que me interesaban las joyas, pero fijándome más en la gente, los dependientes... Y entonces lo vi. En una vitrina, con mucha protección, estaba la joya más ostentosa que había visto nunca. Toda de oro, con un diamante enorme y varios rubíes, un hermoso collar digno de una reina.
-Hoffen... quiero eso-dije, señalandolo discretamente.

Observe a donde señalo la chica, ese tentador collar ... aunque la verdad no era de mi gusto y seria difícil vender lo pero no imposible, no pude evitar relamer me un poco y acomodarme las plumas.

-Bueno si eso quieres, solo espero que me toque la mitad - dije sonriendo le mientras miraba a todos lados disimuladamente para luego admirar mejor la vitrina protegida -Necesito una distracción o que me cubras, solo un par de minutos en lo que logro abrir la vitrina ¿ podrás hacer lo? - pregunte sonriendo a la chica mientras la abrazo del brazo disimulando ser solo una pareja más esperando la respuesta de mi compañera

Hacía una buena mañana, con el cielo despejado y ninguna nube en el horizonte, y no hacía demasiado frío. El viaje de ida se podía considerar agradable por lo que reduje la marcha para disfrutar mejor del camino. A medida que me fui acercando a Dao, empecé a encontrarme gente. Comerciantes, granjeros, o simplemente, viajantes, me iban saludando al pasar, reconociéndome como caballera por mi uniforme.
Estaba acostumbrada a eso, por lo que les respondía con una inclinación de cabeza y seguía mi camino.

-Claro Hoffen, armar jaleo se me da muy bien... -le sonreí divertida y me separé, yendo hacia la parte de la tienda más alejada de la vitrina. Entones me acerqué a un hombre cualquiera (el primero que vi) y me planté delante de él.

-Buenos días -le dije, gentilmente. Entonces levante la mano y, ante el desconcierto del hombre, le pegué bien fuerte y empecé a gritar-¿Como se atreve? ¡Propasarse con una muchacha como yo, solo por ser extranjera no le da derecho a pensarse que puede hacer lo que le plazca! -chillé con fuerza, poniendo cara de humillación, vergüenza y enojo-Qué clase de chica se ha creído que soy...

Con mis gritos, la gente de la tienda se había volteado y nos miraban, y un par de hombres se me acercaron para preguntarme qué había pasado.

-Pues miren, que ese hombre -lo señalé con un dedo tembloroso-Tiene malas intenciones para conmigo, me ha traído a esta joyería solo para impresionarme, y sus intenciones son las menos nobles que podáis imaginar. ¡Oh, Diosas, abusar de una chica inocente como yo!-me escandalicé, sin dejar de gritar. Ya tenía toda la tienda con la mirada fija en mí. Y, mientras tanto, el pobre hombre no paraba de balbucear, alegando que no me conocía de nada y que no sabía de qué estaba hablando. Pero mi actuación era más convincente. Los hombres que habían acudido a preguntarme qué pasaba, me dijeron que no me preocupase y empezaron a gritarle también al hombre. Me permití un amago de sonrisa satisfecha, sin dejar de escandalizarme, por su puesto. "Bien, Hoffen"pensé"ahora te toca a ti...

Mire que tan fácil fue para ella armar tal escanda lo, era obvio que por ser mujer la sociedad las ve débil e indefensas por lo que su palabra casi siempre es Ley, sentí un escalofrió al saber que Rielle tiene esa letal combinación, ser una mujer que podría mentir y meterme en un lió + su titulo de caballera de Avisna, una combinación mortal si me se me ocurre cometer una estupidez.
Tras la trama puesta sobre el escenario, me escabullí pareciendo tratarme de alejar del drama posando me justo enfrente de aquella vitrina donde estaba la preciada joya, le di la espalda y puse mis manos en la espalda decido a mirar como la gente se reunía solo a ver por chismosa, mientras mis manos se movían deslice aquel bisturí por la manga de mi ropa y empece a cortar con mano firme aquel vidrio, fue fácil y más que no tuve que mirar lo que hacia, corte un circulo casi perfecto y di un paso atrás para poder meter mi mano en el y con agilidad robar aquella joya, seguro Ishëe se preguntara ¿por que hacer lo tan obvio y vistoso que fue robado? bueno, ¿que puedo decir? Quiero que sepan quien fue el artista de esta perfecta obra, tras tomar la joya y ocultar la en las mangas de mis ropas, para dejar una pequeña tarjeta con una muy bonita e intrincada letra que decía "El Rey de los ladrones" solamente eso, me abstuve de usar mi nombre para proteger a Rielle pero mi alter ego adquiría fama, coloque el vidrio en su lugar y disimulado camine fuera de la tienda mirando a Ishëe esperando a que ella pudiera seguir me el paso mientras cruzaba el umbral.

-Y es así, como los actores se despiden con una reverencia mientras ven bajar el telón ... - dije sonriendo en un muy tenue susurro solo audible para mí

Al ver que Hoffen abandonaba el lugar, empecé a decirles a los hombres que amablemente me habían ayudado que necesitaba irme a descansar, que habían sido muy amables y que les agradecía mucho su ayuda. Insistieron en acompañarme, pero yo alegué que quería estar sola y me escabullí rápidamente del lugar, siguiendo a Hoffen.

No tardé en oír los gritos a mi espalda "¡han robado la joya! ¡Ha desaparecido el encargo de la reina!". Sonreí para mis adentros y apresuré el paso hasta alcanzar al neveeo.

-No ha estado mal -susurré una vez a su lado, y seguí andando sin perder el tiempo.

Seguí caminando con mucha tranquilidad, escuchando los gritos de la gente pero solo pudiendo sonreír, escuche unas pisadas que se acercaban pies ligeros, no podía ser otra más que mi nueva camarada.

-¿No ha estado mal?- pregunte sonriendo -¡Ha sido hermoso! Perfecto, todos hablaran de esta gran hazaña y más aún ya que que ha sido un encargo de la reina, el gran Rey de los ladres + compañía han sido quienes dieron este potente golpe - dije susurrando le sin poder ocultar mi euforia en ese momento, mientras sostenía con fuerza aquella joya con fuerza bajo mis ropas, después de todo estoy en presencia de una ladrona.

Aún se podía oír el alboroto causado por nuestro pequeño apetito de riqueza y fama, mientras todos buscaban a los o en este caso al culpable ya que me he robado todo el crédito de esta actuación, nosotros nos paseábamos en medio de la multitud sin levantar la más mínima sospecha.

-¡No soy tu compañía, Rey de los Ladrones! Hemos dado un golpe juntos, nada más-le dije, aún medio susurrando pero sin perder la sonrisa, los dos estábamos contentos con el robo-Te perdono porque estamos en tu país, así que supongo que puedes ganar fama, no seré yo quien te lo impida...

La gente corría atraída por los gritos, mientras nosotros nos alejábamos cada vez más del lugar del robo. Pero la experiencia me había enseñado a no celebrar nada hasta no tenerlo seguro al cien por cien, así que seguí andando rápidamente, como más lejos, mejor. La ventaja de que Hoffen se hubiese dado todo el mérito era que si nos pillaban, a él le caerían años de prisión e incluso la muerte, mientras que yo, con una multa mínima saldría indemne.

Solo sonreía mientras escuchaba cada palabra de la chica pero cuando quería responder le un tanto retador un fuerte escalofrió me recorrió desde la espalda baja hasta la nunca haciendo me temblar un poco brusco y poner mi rostro azul por unos segundos.
Mire a Ishëe un poco asustado mientras una leve gota de sudor caía por mi mejilla

-Meeeeh ... no se por que, tengo el presentimiento que estoy muerto- dije un poco nervioso -... Vamos a alejarnos un poco más y comamos algo, seguro me muero de hambre o me falta agua - dije riendo levemente mientras seguia caminando alado de mi camarada, mientras mes dedos recorrían aquella joya dando me una imagen de los detalles que esta posee

-¿Qué te pasa? Has puesto una cara horrible... -dije, porque era verdad, en un momento había perdido la sonrisa y su rostro tenía una expresión extraña (¿miedo, tal vez?)-De acuerdo, si crees que lo que necesitas es comer, vamos.

Seguí andando hasta considerar que ya nos habíamos alejado mucho, entonces cambié de dirección y me metí por un callejón pequeño, ya de las afueras de Dao. Me paré y me di la vuelta, atenta por si era una artimaña para quedarse la joya solo para él, al fin y al cabo, somos ladrones...

-¿Te parece este un buen lugar para comer algo?

Seguía a Ishëe, me puse más nervioso al entrar a aquel callejón sintiendo que en cualquier momento algún colega suyo podría emboscar me así ella me dejaría sin mi parte, camine a atento a cada sonido, es una bendición ser un Neveeo y tener un perfecto sistema auditivo que calmo mi sospechas al no oír más que algunas ratas.

-Si parece un buen lugar- dije mirando hacia atrás y disimuladamente a los alrededores -Es obvio que lo que robamos es algo muy particular ¿como lo venderemos? ¿existe alguien que quiera comprar lo a pesar que sepa que es robado? ¿o lo cortamos y vendemos por piezas en cualquier mercado?- pregunte ya más relajado al saber que podríamos estar a salvo en esos momentos pero algo me seguía molestando mucho en ese momento, no era arrepentimiento, tal vez algo que comí estaba malo, si debe ser eso.

-Venderlo en el mercado negro de Vatralon será pan comido, allí nadie sabrá que es de la reina de Avisnia. Aunque... -estaba contestando a Hoffen cuando alguien llegó al callejón y gritó:

–Hoffen! se puede saber en que... ¿Ishëe?

Giré en redondo y me encontré con la neveea que me ayudó unos meses atrás, de pie al lado de su caballo, mirándome con la confusión pintada en el rostro.

-Mierda... -murmuré para mí. Entonces la miré a los ojos, sonreí y exclamé en voz alta-Rielle, qué coincidencia. Es bueno volver a verte. Así que -mire a mi camarada-¿os conocéis? Eso sí que es una sorpresa.

No sabia como reaccionar, era obvio que ella sabia que fuimos nosotros ya que cometí la torpeza de dejar aquella tarjeta en la escena y Rielle conoce perfectamente que yo soy aquel personaje.

-Que pequeño es Avisna je je- dije sonriendo disimulando todo mientras me volteaba para ver a Rielle -Es una sorpresa verte aquí, pensé que estarías trabajando ... juraría que hoy era tu turno para cuidar las celdas - dije sonriendo le fingiendo inocencia -Es bueno que se conozcan, así evitamos la presentación- No sabia hacia donde mirar, todos mis nervios hechos nudo en mi garganta disimulado perfectamente con mi tranquila actitud de siempre

Observé divertida como Rielle regañaba a Hoffen. Sí, seguramente perderíamos el botín. Pero me daba igual, yo seguiría igual mi vida, así que dejé de preocuparme por la pérdida y decidí observar y divertirme.

-¡Cierto, Hoffen! -exclamé, haciéndome la escandalizada-Cómo es posible que se te haya ocurrido semejante estupidez... ¡Un encargo de la reina! Seguro que no le hubiese gustado nada perderla... ¡Una fortuna! Nuestra oportunidad para pasar a una vida mejor, de lujos y riquezas, y -elevo la voz, como si no pudiese creerlo, miro a Rielle, después vuelvo otra vez la vista hacia el neveeo- y me haces perder esa oportunidad ¡por una tarjeta de visita! y por no hablar de haber parado a comer... ¿como es posible? -me puse seria y lo miré a los ojos- Hoffen, mereces la horca.

Me quede paralizado ante su regaño, cada palabra me hacia sentir una culpa terrible, es obvio que ella tiene mucho poder sobre mi. Podía sentir su decepción cuando me veía pero denotaba más su preocupación, fue una suerte que Ishëe estuviera ahí que con tu intromisión pude entrar en si.

-... am ... je je es un regalo para ti dije como una escusa muy mala, vi de reojo a Ishëe, no se sentí realmente su comentario en esos momentos realmente quería estar muerto, si un profundo suspiro -¿Que puedo decir?- dije mientras enseñaba lo que habíamos robado -Imagina que tan famoso seré al robar las joyas de la realeza ... no abría duda que sería el más famoso ladrón de esta tierra - acariciaba aquella joya con cuidado con cada palabra mirando sonriendo a Rielle, en ese momento me di cuenta que tal vez deseaba ser recordado ... mi temor que al morir seré olvidado

El tono amenazador de la rubia me hizo gracia.

-Sí -le contesté-tú me ayudaste y no lo olvido, una deuda es una deuda. Te debo ese favor, así que no estoy tratando de huir con la joya, ni defendiéndome, ni nada. Pero -la miré fijamente-que tú me ayudaras no quiere decir que este país me "acoja con hospitalidad". Ningún país acoge a la gente como yo, nunca. Vatralon es el único lugar que respeto, mi rey el único que sirvo, mi diosa la única que venero. Y sí, fue idea mía pero él firmó el robo. Él se llevaría las consecuencias si esto saliese a la luz, yo saldría bastante indemne pero él... él no.