Regreso de un productivo viaje...

Después de largos días de viaje Ysabelé llega finalmente a Nakbé. Con su carreta cargada de mercancías procedentes de Myrdhin. Borja y Florentina son los borricos grises que van tirando la carreta.Florentina siempre lleva una corona de flores violetas.
El pequeño carro de los Coyotitlán pasa sin notarse por las calles movidas de Nakbé. La joven comerciante saluda a todos sus conocidos y también a todos los chicos solteros, menos al hijo del sastre que está enamorado de ella, tan solo para fastidiarlo.
La carreta se detiene enfrete de la pequeña tienda.Tía Zulá sale a recibir su sobrina:
-Hija mía, que bien que hayas llegado...
-¡Tita Zú!Te echado muchísimo de menos.
-Yo también Ysa,mi niña.
Se abrazan y se tan muchos besos.
-¿Comó te fue?
-Fue muy productivo.He traído cosas preciosas, te las voy enseñar...
-Antes voy a llevar los burros al patio.
-Vale.Pero no dejes Borja cerca de Florentina, pues está en celos y no quiero que deje embarazada a Fló por segunda vez este año.No quiero convertirme en una vendedora de burros.


-¡Oye,chaval!¿Quieres ganar unas monedas?
-¡Sí!
-Entonces ayúdame a llevar esas cosas a tienda.

A Yurass no le gustaba nada viajar cuando estaba trabajando en una obra, y menos por el reino de Graent, donde la mayoría lo miraban con desprecio por el simple hecho de ser un Nágoon. El hecho de que fuese tan alto que tuviese que entrar en las posadas en las que quería descansar agachándose para entrar por el portal, y que la mochila de su espalda tintinease por los trozos de metales que había en ella, le hacía además llamar la atención de una forma que tampoco le gustaba nada.

Pero en el fondo estaba algo ilusionado con ese viaje. Su maestro le había hablado de una comerciante con maravillosas piezas de tierras lejanas. Y Yurass siempre estaba buscando piezas y metales únicos para sus obras de arte. En ese momento estaba elaborando una bella estatua de una joven doncella digna incluso del palacio del rey Huban.

La mujer presentaba una piel de un plateado reluciente y un vestido de pieles al estilo Kiryo con todo tipo de detalles en cobre y piedras preciosas, pero para los bordes de la vestimenta necesitaba algo más, algo que aún no sabía qué era, pero que sabía que tenía que ser especial. Un metal brillante y colorido o algún tipo de perlas o brillantes únicos. El dinero no era problema para él, pues ganaba mucho dinero con sus obras, y no le importaba viajar con él debido a que muy poca gente se atrevía a asaltarle en las oscuras sendas de los bosques.

Sus pies empezaban a doler cuando al fin llegó a Nakbé, lugar de la misteriosa ysabele, pero aún lo suficientemente pronto y él estaba lo suficientemente ilusionado como para continuar un poco más a ir directo a su objetivo. Como una enorme ballena nadando por un mar de gente, atravesó la modesta plaza principal en un abarrotado día de mercado, pero no se detendría ahí, tenía claras indicaciones de la casa de ysabele anotadas en un pequeño trozo de pergamino que había podido aprender de memoria de tantas veces que lo había consultado.

Atravesó la plaza, cruzó un par de calles y después se desvió hacia las afueras. Finalmente se paró ante una señora algo mayor que tiraba de dos borricos grises. Los borricos se sintieron inquietos ante ese gigante recién llegado y como consecuencia de ello la señora frunció el ceño algo molesta.

- Perdona señora, ¿es usted Ysabele?

-No, soy Doña Zulá, tía de Ysabelé.¿Qué quieres con ella?
Contesta de manera poco amistosa y con una mirada seria.

Las Coyotitlán tienen dos tipos de clientes:
La gente sencilla y común que vienen a por hiervas medicinales.Y los clientes especiales, que suelen ser de la élite Graent, pues a los ricos Kyria les gusta comprar objetos especiales y raros de los pequeños comerciantes como Ysabelé, pues son más discretos y sus caravanas pasan muchas veces desapercibidas.
Los clientes especiales, siguen el protocolo:
cliente E. :Buenos días/tarde, ¿hay algo especial para mí?
Ysabelé/Zulá: Sí, por supuesto, pase caballero/señora.
Son medidas de seguridad para que algunos productos no caigan en manos equivocadas.No es común que sus clientes pregunten por sus nombre, aun más alguien de Vatralon(aunque esté viviendo en Graent).
Infelizmente a Yurass no le han informado este hecho.Deberá explicarse bien, si desea cumplir su objetivo.

A Yurass no le gustaba esa señora. Estaba acostumbrado a ese tipo de reacciones en la gente, pero estaba demasiado cansado como para tratar de ser comprensivo. Maldijo en silencio a su maestro por no haber dicho nada referente a posibles complicaciones.

Aún así pensó que tenía que simular simpatía para conseguir algo.

Se obligó a sonreír esperando que la sonrisa no pareciese demasiado forzada y se dispuso a hablar, deseando deshacerse de ella lo antes posible.

- No me he presentado, soy Yurass de Tahiztá. *Se inclina ligeramente para tenderle la mano a una altura a la que Doña Zulá pudiese alcanzar* Soy un mero mensajero de mi maestro, Sleuan el Kiryo. Me ha enviado hasta aquí para transmitir un mensaje de gran importancia a Ysabele y sólo a ella. Lo siento son órdenes estrictas y el mensaje es confidencial. Necesito verla cuanto antes.

Odiaba tener que dar ningún tipo de explicación.

-Maestro Sleuan...¡me hubiera dicho antes!Él es un antiguo y fiel cliente nuestro.Te llevaré hasta mi sobrina.

Zulá deja los borricos en el patio de detrás de la tienda y lleva Yurass hasta la tienda.Él tiene dificultades para pasar, pues la puerta es pequeña.Al pasar golpea no muy fuerte la cabeza en el techo, que también es bajo.

-Siéntate en esa silla, estarás más cómodo, señorito...
*Yurass se sienta en la silla, pues es la manera más cómoda de estar dentro de la pequeña tienda.*

-¡Ysabelé, hija mía, ven aquí.Está aquí un mensajero del Maestro Sleuan, trae un mensaje pa ti!

Ysabelé se impresiona con lo alto que es Yurass, aunque está sentado:
-¡Santísima Hasset!Eres muy alto...Perdóname no quise ser indiscreta...¿En que te puedo ayudar elegante caballero?
Le pregunta con una simpática sonrisa.

A Ysabelé no le impresiona el hecho de ser Vatralon, pues está habituada con otras culturas.

Yurass se rasca la cabeza algo molesto por el golpe con la puerta, pero suspira algo más tranquilo, ya tiene la confianza de aquellas dos comerciantes y al fin ha podido sentarse y descansar un poco las piernas.

Al llegar Ysabele, Yurass se queda sorprendido. Su maestro no le había dicho que la comerciante era tan joven... y tan guapa. Por un momento queda atrapado en los bucles castaños de su pelo, pensando que debería plasmar esa belleza en alguna de sus obras alguna vez.

Esta vez la amabilidad le salió algo más natural.

- No se preocupe señorita, mi altura a veces intimida pero soy un gigante bueno. Mi maestro me envía con unos regalos para usted. *abre la mochila de su espalda y saca los metales tintineantes. Sobre la mesa extiende una serie de frascos metálicos con bellas figuras dibujadas sobre la superficie, la mayoría extrañas flores enroscadas con sus tallos* Se trata de recipientes para hierbas y ungüentos, gracias a ellos el contenido mantiene sus propiedades mucho más tiempo del habitual, así como su temperatura y humedad. Llevan un revestimiento especial en el interior. Lo cierto es que fue idea mía, soy una especie de inventor y artista. * Yuras trató de alardear de su trabajo, era imposible de evitar para él* Mi maestro quiso que fueses la primera en poder probarlos debido a vuestra amistad, y quizás a cambio querrías venderme algunas cosas que ando buscando

-¿De verdad, los hiciste tú?¡Vaya, que preciosos son!Me encantan...
-Para mí, fue Maestro Sleuan quien los hizo...*Dijo la anciana dudando de las habilidades de Yurass.
-¡Que no tita, que no!Están hechos de metal.¿No lo ves?Maetro Sleuan no utiliza metal en sus trabajos, solos los nágoons saben hacer cosas como estas.

*Ysabelé no puede esconder su entusiasmo.De pronto empieza a colocar sus nuevos frascos en una estantería,"este se parece a una rosa" dice al coger uno de los frascos,hecho de algún metal rojizo.Pero se detiene cuando escucha unos relinchos, procedentes del patio.

-Tita¿A Borja y Florentina, tú les has puestos separados?
-¡Ay no, me he olvidado!
-Ve a apartarlos, pues Borja la va comer...

*Zulá va a por los borricos.Y Ysabelé se ruboriza por lo que ha dicho y pone su mano izquierda en la boca.

-Perdóname Yurass...Es que esos borricos...Bueno,me gustaron muchísimo los frascos, gracias, la verdad es que ya eres un gran artista.
Me dijiste que estás buscando algunos artículos.¿Qué es lo que buscas?

Yurass se siente molesto por el comentario de la anciana, pero su molestia se suaviza con el comentario de Ysabele sobre sus obras. En cualquier caso se alegra de que la anciana haya abandonado la habitación y poder hablar con alguien que está "a su altura".

Quiero... * Se detiene un momento, no sabe muy bien cómo explicarlo. Lo cierto es que esperaba que me lo dijeses tú. Necesito un material... ¡único! Estoy haciendo una escultura maravillosa, extraordinaria, pero quiero que sea distinta a las demás Se siente irritado por no saber explicarse bien Y para eso quiero incorporar un nuevo material, algo de tierras lejanas que deje a los habitantes de Graent sorprendidos y maravillados Yurass cree que está hablando demasiado, cuando se pone a hablar de su talento parece que no puede parar ¿Tendrías algo así?

-Vamos a ver Yurass...me estas pidiendo lo imposible.Pues no hay material, metal o piedra preciosa en Ocella que no conozcamos nosotros los Kyrias.*O eso creen.
Impresionar a la gente será muy difícil...algo único...* Dijo con una mirada pensativa.
¡Ya lo tengo!En el año pasado estuve en Vatralon.Conocí a un científico que creó un material parecido el vidrio, tiene un nombre muy difícil de pronunciar.A ver, lo tengo todo apuntado en mi diario.*Ysabelé coge un diario de la estantería.
¡Aqui está!Se llama Po-li-me-til-me-ta-cri-la-to.* La lee despacio, buscando no equivocarse . Aquí dice que también podemos llamarlo Acrílico.Desde luego, es mucho más fácil de pronunciar.*Dijo sonriendo.
El diario también cita algunas propriedades del Acrílico:
-Es transparente como el vidrio.
-Alta resistencia al impacto, de unas diez a veinte veces la del vidrio.
-No hay un envejecimiento apreciable en diez años de exposición exterior.
-Ligero en comparación con el vidrio (aproximadamente la mitad).
-Gran facilidad de mecanización y moldeo.
-Se raya fácilmente con cualquier objeto metálico, pero se repara muy fácilmente con una pasta de pulir.
Lo tengo todo apuntadito, pues el científico anda buscando comercializar el Acrílico, pero sin mucho éxito, por eso me dijo que le ayudara encontrar a alguien interesado...Me parece que ese alguien eres tú Yurass.Le va encantar ver una obra artística hecha con su material.¿Que te parece?