Una Promesa Rota. [The-Arlequin]

Sonreí al ver el interés de Rielle, viendo como hace un esfuerzo por escuchar me sin poner me derechito en una celda, coloque con cuidado aquellas armas sobre la mesa sin tirar nada. En apariencia unos protectores metálicos de color plata que van en el antebrazo metálicos con muchas piezas móviles.

-Son bonitos ¿no?- dijee un tanto entusiasmado, a pesar de todo, aún sabiendo que ella es una caballera y yo un ladrón la duda me invadió por un segundo creyendo que ella podría encontrar una debilidad en tales armas y apresar me con mayor facilidad la próxima vez, pero no, esa duda desapareció con solo ver la a los ojos confiando ciegamente en ella como en aquellos viejos días

Tomé con cuidado uno de los aparentemente protectores de metal, y lo examiné a conciencia, intentando adivinar su mecanismo. No parecía muy elaborado, y tenía que ser algo fácil y rápido para ser usado en un momento. Pasa los dedos por el frío metal hasta que encuentra una especie de saliente que no encaja con el diseño. Al pulsarlo la hoja retráctil se extiende con velocidad, haciendo un pequeño silbido al cortar el aire.
-Interesante...
Me levanté y encajé el artilugio en mi diestra, el cual entró perfectamente. Luego respiré hondo e hice un par de movimientos con él, como cuando luchaba con mi espada, y oí por igual el aire al ser cortado.
- Es... diferente... aunque supongo que es cuestión de acostumbrarse... –Volví a la mesa mientras desactivaba el Katar, y lo puse de nuevo al lado del otro, sentándome de nuevo. - Aprendiste a usarlos tu solo?

Mire como Rielle estaba fascinada por el artilugio, en su rostro de piedra pudieron notarse leves cambios mostrando su alegría en ese momento, al practicar estocadas con eso.

-Si así es je je, las primeras semanas los activaba por accidente y tengo varias cicatrices en el abdomen por ello - reí un poco torpe por mi vergüenza -Y si, tuve que aprender solo y fue muy trabajoso ... je je je ... fue muy difícil - dije en un tono de burla

Miré como se excusaba y se reía. Sin duda esa apariencia despistada ocultaba a alguien mucho más capaz de lo que parecía. Aprender a manejar un arma por uno mismo no es algo nada fácil, si no tienes a nadie que te instruya. Aprender esgrima con un maestro había sido duro, pero aprender a defenderte en la vida podría haberlo sido también.
- eso me parece admirable- le dije, sinceramente.

Sonreí ante su alago ya que bueno es el primero que me ha dado en mucho tempo, negué con la cabeza mientras sonreía.

-No es la gran cosa- dije mirando la a los ojos -Si yo pude hacer lo siendo ... bueno siendo yo, debe ser más fácil para lo demás- baje la mirada sin dejar de sonreír mientras me ponía las armas en mis antebrazos de nuevo escuchando como la lluvia ya había pasado -creo que ya es hora de marcharme, no quiero manchar tu nombre de caballera más de lo que ya lo he hecho -

Me quedé en silencio cuando él empezó a despedirse. No pensé que se fuera a ir tan rápido. Por unos momentos estuve algo confusa, puesto que me percaté que no quería que se marchara tan pronto. Su presencia no me desagradaba en absoluto, así como lo hacían otras personas y no sentía la necesidad de estar sola. Estuve a punto de abrir la boca para retenerle, pero me reprendí a mi misma por ello. ¿por qué hacerlo? Sin duda él tenía razón, y no era sensato que estuviéramos mucho más rato juntos. En cualquier momento podría aparecer un mensajero de la reina para encargarme alguna misión y no sería bueno que me encontraran con Hoffen. Así que solo asentí con la cabeza y me levanté, para luego ir a la habitación donde estaba la ropa tendida. La palpé con las manos.
-aún está húmeda- informé.

Escuche a la chica y me levante para ir a la habitación donde se encontraba, pose mis manos sobre su ropas que en efecto aun estaban húmedas

-No es para tanto, he dormido con ellas empapadas y no me ha pasado nada- dije ingenuo sin entender el mensaje de la chica ya que sus acciones y sus pocas expresiones no daban mucho que entender, tome mis ropas y asentí con la cabeza -Gracias por la comida, en verdad que estuvo deliciosa- me di media vuelta y dando pasos lentos caminaba hacia el baño

Vi cómo iba hacia el baño a ponerse la ropa y me encogí de hombros. Luego me dirigí a la mesa y empecé a recogerla, apilando los vasos y platos para llevarlos más fácilmente y de un solo viaje hacia la cocina. Vacié el plato de la comida en un tazón para guardarlo para más tarde y puse la vajilla con agua en un lavadero, para luego echar algo de jabón en el agua.
Luego volví a la mesa y terminé de despejarla, para luego volver a poner bien las sillas.

Me puse aquellas ropas, temblando al principio por el frió contacto no pude evitar mirarme al espejo para acomodar mis plumas y decir me con la mirada que lo había logrado, la encontré y convencerme de que ella no me necesita más y que ahora solo soy una carga un veneno para su estilo de vida actual, mire que no estaba en aquella habitación y luego escuche los ruidos de la sillas, me apresure para ir y ver que ella ya había ordenado todo

-Has limpiado todo, debiste esperar a que te ayudara - dije mientras me acercaba lentamente a ella deseando jamas haber sido un ladrón para así al menos poder ir a visitar la como aquellos días

El salón volvía a estar como antes cuando Hoffen salió del baño ya vestido.
-No te preocupes, ya me has ayudado con la comida... eres mi invitado, no puedo pedirte eso...
Luego me volteé, y empecé a andar por el pasillo hacia la puerta de entrada...
-has comprobado que no te olvides nada? Antes han caído tus... bueno tus utensilios... puede que te falte algo?

-tengo todo, no puedo dar me el lujo de volver aquí jeje- dije bromeando pero sin mucho animo al saber que era un adiós, no me permití dudar lo y me acerque a ella para dar le un abrazo sin esperar que ella corresponda o diga algo de aliento -Ha sido una gran alegría volver a verte que irónico que sea un adiós también- dije susurrando mientras aun la abrazaba

Cuando empezó a despedirse fui a tenderle la mano, pero de repente me vi envuelta entre sus brazos, en un abrazo muy cálido. No estaba acostumbrada al contacto físico, pero el suyo no me molestó en absoluto. Supuse que era porque no era la primera vez que nos abrazábamos. De niños lo hacíamos constantemente, hubiera un motivo o no. Aunque ya ni éramos niños, y eso no se me olvidaba.
Tímidamente rodeé con uno de mis brazos su torso, correspondiendo ese abrazo como supe.
-y-yo también me alegro de haberte encontrado de nuevo...espero que si nos volvemos a encontrar, las circunstancias sean mejores...
El abrazo ya había durado demasiado para mi gusto, así que me separé.
-Adiós-, dije- Y sé bueno..

Sentí como ella me devolvió el abrazo de una manera tímida, sin embargo lo hizo no tenía idea de lo que mucho que me alegraba sentir la de nuevo. Aun sabiendo que todo había cambiado y una enorme brecha entre nosotros, con ese abrazo no se sentía tal distancia.

-Espero sinceramente que si, también anhelo que sea pronto- dije antes de sentir como se aparta, al fin estaba junto a ella para despedirme sabiendo que tendría que evitar la, sonreí cuando escuche su petición y negué levemente con la cabeza -Siempre seré aquel niño descarriado que conociste - dije riendo levemente -Además así es seguro que te vuelva a encontrar, el gran rey de los ladrones sera atrapado por la más valiente y fiera caballera de todo Avisna - la mire una vez más para darme la vuelta y empezar a caminar para salir de la propiedad