De vacaciones [libre]

OFF: Ok, Hoffen y Rielle han ido a Graent de vacaciones, a ver que les pasa allí. La idea es que entre quien quiera para darle más gracia al asunto.

Mire emocionado aquella ciudad, me aferre a ella y asoma mi rostro por su hombro, descansando mi barbilla en él.
Tantos sonidos que parecían distintos en este nuevo lugar, cada uno lo percataba de manera diferente, me sentí un poco intimidado cuando cabalgamos dentro de aquella ciudad y en reflejo me aferre a ella.

-Hay ... mucha gente - dije levemente -Se ven muy distintos je je y esta ciudad tan diferente, parece ser muy emocionante -

Guarde varios minutos en silencio

-Iremos juntos a pasear ¿verdad? ... -

Amaité viajaba una vez cada dos lunas a la ciudad de Zamná. Allí podía reunir varios ingredientes e instrumentos para sus medicinas, que de otro modo le serían problemáticos de conseguir, pues no tenía tiempo para aventurarse ella misma por los bosques a buscar hierbas y árboles.

Pronto se dio cuenta de que se iban agrupando pequeños grupos de personas que cuchicheaban entre sí. El origen era ni más ni menos que una pareja de Neveeos, montados a caballo. Aquello era raro de ver, ya que los Kyrias no tenían por costumbre domar caballos para montarlos de aquella manera. Parecían interesados en la ciudad, y sin embargo perdidos en su inmenso esplendor, por lo que Amaité, de corazón blando y noble, decidió acercarse a ellos, lo cual no pasó desparecibido para mucha gente, debido a su alto rango social.

-Bienvenidos, visitantes de Avisnia -dijo con una amable sonrisa-. Parecéis un poco desorientados, ¿necesitáis ayuda?

No era mi primera visita a Graent, pero nunca había estado en Zamná, y quedé impresionada por el lugar. Reí levemente ante las palabras de Hoffen.
-Claro, acaso crees que voy a dejar que te pierdas por ahí tu solo? No, iremos juntos, y espero que no hagas ninguna tontería...

A medida que nos fuimos adentrando en el lugar, la gente se nos quedaba mirando curiosa. Destacábamos claramente de entre los demás, por nuestro color de piel y cabello, las ropas y el caballo.
Cuando los cuchicheos aumentaron, empecé a ponerme algo nerviosa, temiendo que no fuéramos bienvenidos en ese lugar. Por suerte, oí una voz amable que se dirigía a nosotros y suspiré aliviada, para luego girarme para responder.

-Buenos días. Mi compañero y yo estamos interesados en la cultura de esta ciudad y sus parajes, realmente solo hemos venido de visita para disfrutar de este lugar tan maravilloso, pero lo cierto es que si que andamos algo perdidos... Es muy amable al ofrecernos su ayuda. Sabe de algún lugar donde podríamos pasar algunos días? o al menos, esta noche?

-¿Por que haría alguna tontería? Venimos a descansar y relajarnos con un poco de turismo en esta gran y colorida ciudad, te prometo que me portare bien y aquí me llamaran el hones Hoffen por ser un ciudadano ejemplar, lo mejor que la educación de Avisna puede ofrecer, todo sera legal y bonito no tienes por que preocupar te- dije dando le un beso en la mejilla mientras se veía como la gente se acercaba murmurando, me sentía muy intranquilo pues por lo general cuando tanta gente se me aceraba así es por que sabían que les había robado.

-te juro que yo no he tomado nada, ni si quiera me han dado la oportunidad aún- susurre a Rielle abrazando la con fuerza, es curioso pero cuando estoy junto a ella me vuelvo un cobarde, tal vez su posición en el ejercito me intimidaba un poco, pero lo que si es seguro es que me siento totalmente protegido a su lado ... aunque creo que debería ser al revés.

Aquel personaje se acerco y con una voz muy dulce nos ofreció ayuda.
-NOVIO!- agregue firme echando una mirada acusadora a Rielle, en verdad no tengo idea de por que solo habrá dicho compañero, tal vez si se avergüenza de mi después de todo no lo se.

Al final dirigí la mirada a aquella amable señorita de color serio de piel, sonriendo le con cierta inocencia

¿Oh? ¿Compañero o novio? Parecían tener opiniones diferentes al respecto, pero sin duda se comportaban como una pareja bien avenida. Amaité rió suavemente por la comicidad de la situación, y decidió darles indicaciones para poder pasar una buena estancia en su país.

-Me llamo Amaité, y soy la gran chamán de Graent. Es algo así como una gran sacerdote en vuestro país. Y lo primero que deberíais hacer para pasar desapercibidos y sin problemas, es bajaros del caballo, pues mi raza es orgullosa y a mucha de mi gente no le gustará que unos extranjeros les miren desde arriba. Puedo mostraros brevemente el lugar y buscar un buen sitio donde hospedaros.

Rodé los ojos, ante su afirmación. no lo había hecho por nada en concreto, no tenia ningún motivo para contarles toda nuestra vida privada. Decidí ignorarlo y me concentré en las palabras de la amable mujer.
-es un honor conocerla, Amaité- Dije, mientras descabalgaba, y acariciaba levemente el costado del animal- Lamentamos mucho si hemos ofendido a alguien, le aseguro que no era nuestra intención. No usaremos el caballo mientras estemos aquí, pues. Nos sería muy útil si nos ayudara, Muchas gracias. Yo soy Rielle, y él es Hoffen.

Mire aquella mujer, tan diferente, nunca pensé que la gente fuera tan extraña fuera de nuestro reino. Mi impresión era tan grande que no la podía ocultar

- ... tu cabello es verde .3. - dije tomando un mechón de el mirando con asombro aquel color tan extraño

-ir a pie no sera problema, es curioso como piensan diferente, es interesante más que nada - dije sonriendo le aún mirando su cabello, además es refrescante ver gente nueva, de otra cultura y diferente a mi que no trate con hostilidad a los extraños. -Mucas gracias por todo señorita Amaité- dije con una pequeña sonrisa

-Tranquila, Rielle, no tenéis de qué preocuparos, pues somos conscientes de nuestra diferencia de culturas -seguramente no habían ofendido a nadie, pero nunca se sabía lo que podía pasar, y era mejor actuar con precaución.

-Oh, vaya... En mi gente es un color bastante común, la verdad -añadió un tanto divertida ante el comentario de Hoffen sobre su pelo, y el atrevimiento de éste por tocárselo. Estaba más acostumbrada a ser ella quien tocaba a los demás por su profesión, y no al revés, pero no le molestó. Hoffen parecía un poco un niño pequeño, y le recordó a sus pacientes favoritos.

-A mí también me parecen interesantes las diferencias entre reinos, aunque por mi profesión no he podido viajar nunca fuera del mío propio, así que no soy muy sabia en esos temas. De vuestro reino apenas conozco las cosas que me cuentan y las cosas que traen vuestros comerciantes. Hoy venís en un buen día: es día de mercado.

–Entonces esta bien, procuraremos seguir vuestras costumbres mientras estemos aqui. Hay algo mas que debamos saber?

Sonreí al ver a Hoffen con esa expresión al ver el cabello de la mujer, divertida.

–Vuestro oficio? a que os dedicais, si puedo saberlo?

Miré a Hoffen de reojo cuando mencionó lo del mercado. Era el lugar ideal para robar, así que tendría que vigilarle de cerca si realmente no quería que nos echaran de ahí en poco tiempo.

Podría tonar los dedos al escuchar cuando dice Mercado, pero recapacite pues estábamos de vacaciones. Me separe de la Chaman soltando su cabello, manteniendo una hebra en mi mano

-Sería bueno ir a dar una vuelta al mercado - dije mirando a Rielle pues sabia que ella estaba pensando lo mismo en aquel momento -Pero no me sueltes las manos, podría perderme mientras caminamos - agregue con una pequeña sonrisa extendiendo ambas manos hacia mi adorada rubia

-Oh, supongo que no sabéis qué es un chamán -dijo con una sonrisa de disculpa. Estaba claro que no sabían a qué se dedicaba a pesar de haberles dicho que era la Gran Chamán de Graent. Alguien que supiese qué título era ese sabría cuales son sus ocupaciones y su rango en la sociendad. Aunque estaba bien que no la tratasen con pomposidad.

-Un chamán es una especie de mezcla entre un doctor y... ¿cómo los llamáis vosotros...? ¿Sacerdotes? Somos los guías espirituales de nuestro pueblo y los que ayudan a la gente con sus dolencias y sus problemas, cuidándolos y aconsejándolos. Por decirlo de alguna manera, soy como una gran madre para mi gente. Por eso siempre tengo algo que hacer. Nunca he salido de mi reino.

Puesto que habían mostrado interés en el mercado, Amaité los guió hacia allí. Los suelos eran de tierra, pero se podían distinguir calles entre las construicciones de adobe y paja, como eran la mayoría de allí. La gran parte de los puestos formaban un camino de mesas de madera con mercancías y artesanías varias. Algunos tenían toldos de paja para aplacar las horas de sol.

Le sonreí a Hoffen, y tomé una de sus manos con la mía, para luego girarme a ver a la mujer mientras hablaba.
-entonces... es usted alguien importante.- Me incliné levemente hacia ella, algo preocupada-Disculpe si no la hemos tratado como deberíamos, no conocemos del todo bien este país.

Seguimos a la mujer hasta llegar al mercado, y nos invadió todo un panorama de olores de comida y hierbas, colores y formas que nunca habíamos visto. Estreché fuertemente la mano de Hoffen.
-Las manos quietas. Si quieres algo, me lo dices y lo compramos, pero no robes nada, por favor.-Le susurré, suficientemente bajo como para que solo él lo oyera.

Asentí con la cabeza dando le una sonrisa y luego fije mi atención a nuestra guía

-En efecto es raro, pues si eres la gran Chaman de ... aquí- no recordó el nombre - ¿Por que no tienes una escolta que te acompañe a todos lados? debe ser peligroso ser alguien tan importante y caminar como si nada entre la gente ... o al menos así lo hacen ... entonces¿ tu eres un doctor? ¿tu curas todos los males?- me acerque a ella y le susurre al oído -Entonces ¿tu espantas espíritus malos ? seguro los combates con tu vara y tus polvos y menjurjes como como ... Magia! ¿entonces eres una maga? ¿puedo ver algún truco tuyo ? Anda anda! solo un truco ... haz que ... que que flote! eso sería fantástico!- pese a todo lo que pasó, la magia me sigue pareciendo algo increíble y maravilloso, en el fondo me gustaría poder hacer lo mismo que ellos

-Oh, no os preocupéis, me gusta el trato familiar -contestó primero a Rielle, quitándole importancia al asunto. Nadie creería que una mujer como Amaité cargaba tales responsabilidades y privilegios sobre sus estrechos y frágiles hombros.

-En este país no se necesita escolta, amigo mío, todos nos respetamos mutuamente, y no es habitual en nuestras tierras el robo ni hacer daño a otros -le dijo tranquilamente, con una sonrisa, a Hoffen. Sin duda venía con los prejuicios de la gente extranjera, como si todos los países fuesen igual de caóticos. Pero sus siguientes peticiones comenzaron a atosigarla, pues seguían una tras otra, a cada cual más extraña que la anterior... ¿De dónde podría haber sacado aquel hombre que ella ahuyentaba espíritus? ¿Cómo, a partir del conocimiento de que ella era médico, podía llegar a la conclusión de que podía hacer "magia"? Estaba segura de que su cerebro era demasiado activo y no procesaba bien la información.

Al principio siguió un silencio, aderezado con la mirada extrañada e incómoda de Amaité, a quien le costaba mucho disimularla.

-Ejem... Yo no hago "magia", ni tampoco ninguna de esas cosas que has mencionado. Sólo soy la guía espiritual de mi pueblo y su doctora, para cuidar de sus cuerpos y almas. Pero quizás, si rezas mucho, conseguirás que la honorable Onnori te alce en vuelo.

No pude evitar percatarme de la mirada incómoda de la mujer ante las insistentes y cada vez más extrañas preguntas de Hoffen, así que tiré de su brazo un poco, para advertirle.
-Hoffen, comportate... - Susurré, y luego me dirigí a la mujer- - Discúlpele, no suele salir mucho de Avisnia. Dígame, es usted guía espiritual, así que podría decirnos si se sigue algún rito especifico o algo? Hay alguna festividad que esté cerca a la que podamos asistir?

Retrocedí cuando ella me jalo tan abrupta mente y aquel susurro fue un fuerte regaño, tal vez no y solo exagero las cosas pero solo tenía curiosidad ... aunque me han dicho que no soy el mejor para preguntar las cosas, lo más seguro es que Rielle tenga razón

Me quede en silencio unos segundos mientras sobaba el lugar donde Rielle tiro de mi ropa y camine haciendo un leve puchero

-Lo lamento - dije desviando la mirada pero luego la enfoque en nuestra guía, muy interesado en saber si habría algo nuevo que experimentar

-¿Un festival? ¿con juegos y dulces?- pregunte emocionado -Eso sería maravilloso! y divertido! -